Se ha vuelto habitual que Noticias Uno resulte galardonado en los premios India Catalina —que distingue a lo mejor de la televisión nacional—, como el noticiero más destacado, de mayor credibilidad e importancia en el país; entre todos los segmentos informativos de nuestra pantalla chica.
En la premiación del pasado domingo 6 de marzo en Cartagena, Noticias Uno se alzó con el séptimo galardón consecutivo en esta categoría, convirtiendo la distinción casi en un hito histórico de la televisión colombiana. Este espacio informativo de fin de semanas y festivos, se difunde por la Cadena Uno de la televisión pública a partir de las 9:30 de la noche.
‘La red independiente’ es su bandera en la brega periodística. AL DÍA quiso conocer en qué se fundamenta el informativo para convertirse en este fenómeno periodístico de la TV, y para ello habló con la directora del noticiero, la reconocida periodista Cecilia Orozco Tascón.
Cecilia Orozco, es periodista especializada en política, directora de Noticias Uno y columnista de El Espectador.
¿Cuál es la fórmula periodística que le imprimen ustedes al noticiero, que los diferencia de los demás y los hace los mejores?
La frase con que nos conocen, la que siempre cierra nuestras emisiones: “Gracias por elegir la independencia”, no es un simple eslogan. Es una práctica habitual en el periodismo que ejercemos. Es nuestra norma de conducta, permanecemos al frente de los poderes y no al lado de estos para poder investigarlos, informar y construir nuestras notas con responsabilidad, y con total autonomía de criterio sin tener en cuenta la importancia política, económica o social de quienes, eventualmente, puedan resultar afectados con —los que, al final del día, son quienes dan sus votos mayoritarios a favor de Noticias Uno—, son nuestros espectadores porque siempre o casi siempre encuentran en nuestra agenda informativa temas diferentes de aquellos que siguen día a día en los demás noticieros.
Resulta también llamativo que un espacio noticioso de fin de semana esté por encima de los de registro diario.
Bajo la dirección de Daniel Coronell, hace ya más de 15 años, Noticias Uno convirtió la aparente desventaja de estar al aire solo los fines de semana en una ventaja comparativa frente a los noticieros diarios, cuando tomó la opción de convertir las jornadas ordinarias laborales no en tiempo de descanso, sino en horas de investigación y de búsqueda de temas distintos a los que ponen las fuentes tradicionales. El resultado fue y sigue siendo un contenido novedoso y de mayor profundidad que aquellos del día a día, cuando el afán noticioso y la premura del horario no permiten reflexionar sino solo registrar lo que acontece.
¿Daniel Coronell todavía ejerce influencia en los contenidos y orientación del noticiero?
No. Las características de respeto y seriedad con que Daniel ha ejercido el periodismo son las mismas que lo han hecho tomar la decisión de apartarse completamente de los contenidos y orientación de Noticias Uno, ahora bajo otra dirección. Por un lado, Daniel ha asumido con absoluta dedicación la gigantesca obligación de presidir el emporio informativo que es Univisión con sus centenares de reporteros distribuidos en Estados Unidos y América Latina. Por el otro, sabe que la confianza que depositó en mí cuando me propuso —junto con Jorge Acosta, gerente de NTC— la dirección de Noticias Uno, no será traicionada porque practicamos una filosofía periodística según la cual los intereses generales siempre están por encima de los particulares.
¿Qué cree aún le falta a Noticias Uno para alcanzar un mayor nivel de excelencia o calidad periodística?
Nunca se está en el nivel óptimo. Estamos muy orgullosos de recibir durante siete años consecutivos el galardón India Catalina a mejor noticiero de la televisión colombiana, pero no nos envanecemos por eso, ni nos sentimos superiores a los demás. Un defecto muy común entre los trabajadores de los medios de comunicación es la soberbia, la prepotencia que nos ataca por el solo hecho de tener el poder de informar. Permanentemente les digo a nuestros reporteros que hay que combatir esos sentimientos porque, además de que fastidian a las audiencias, producen mediocridad y falta de deseos de superación. Nos hace falta mucho: más fuentes, más desconfianza de estas por buenas y desprendidas que sean, más dedicación y paciencia con ciertos temas difíciles de resolver, menos afán de la chiva rápida, más análisis. Como ve, somos imperfectísimos. Lo que sucede es que no nos conformamos con serlo sino que queremos salir de ese estado. Y, a veces, lo logramos con un poco de mayor nivel.
¿Cómo analiza el nivel del periodismo televisivo en Colombia, me refiero al de los noticieros en su conjunto, versus lo que se hace en Estados Unidos, Europa, e incluso, en otros países de nuestro continente?
No quisiera posar de juez del trabajo de otros. En términos generales sí puedo decirle que estamos en una época que no es satisfactoria para el periodismo colombiano. Excepciones hechas del trabajo de algunos reporteros, investigadores y medios, hay mucha superficialidad y poco análisis. Se están llenando los espacios en prensa, radio y televisión con lo obvio y con los escándalos diarios. Y estos, una vez enunciados, se dejan a un lado sin la mínima curiosidad por penetrar más allá de la apariencia o del anuncio inicial. El espectáculo le está ganando la partida, de lejos, a la observación juiciosa de la realidad. La farándula es la dominante, el periodismo, el dominado.
¿En qué se diferencia el trabajo de Noticias Uno al que hacen por ejemplo, RCN y Caracol?
Como le dije, no me gustan las comparaciones ni los juicios sobre los demás. Respeto las opciones que cada medio toma aunque no las comparta. Se dice que la prensa —entendiéndose por esta, todos los medios—, es el cuarto poder. Cada quien toma la decisión de ejercer a cabalidad ese poder para beneficio de su sociedad, o de desperdiciarlo, dejándolo que se escurra, como agua entre las manos.
Se está hablando ya de un nuevo modelo noticioso en televisión para enfrentar el ritmo incontenible de redes virtuales, pues los expertos afirman que la juventud ve cada vez menos tv para informarse; ¿cómo se prepara Noticias Uno para esto?
Estamos repensando nuestra existencia en las redes, empezando por nuestra página web a la que le queremos dar vida propia y mayor penetración. También queremos organizar una estrategia que nos permita usar más adecuadamente y con el lenguaje de internet, las otras redes. Pero vamos a hacerlo con calma, sin precipitarnos, menos aún en un año en que la economía no permite hacer grandes inversiones que no sean urgentes.
¿Puede existir una coexistencia de medios sin que las redes sociales canibalicen el trabajo periodístico de la televisión y de otros medios como los periódicos?
Claro que se puede. Por definición, la televisión de canales abiertos y las redes sociales son medios diferentes, y su personalidad no solo es distinta sino que es apta para audiencias con características diversas. En consecuencia, los contenidos de unos y otros responden a intereses no siempre coincidentes. También hay que avanzar en la legislación sobre derecho intelectual y de autor. Robar contenidos es tan grave y debe ser objeto de penalización de manera tan rigurosa como el delito de hurto o de asalto a mano armada. En esta era digital no es posible impedir que un video de un canal o de un noticiero salte a las redes sociales y se convierta en un bien de dominio masivo. Lo que sí se debe y se puede hacer, es que quien lo suba a internet pague al propietario intelectual del mismo lo que este juzgue que cuesta. Y si al comprador le parece muy caro, como ocurre en los negocios corrientes, pues no lo adquiere. Pero tampoco debería usarlo.
¿Han sido objetos de manipulación, presión o incluso amenazas, por el trabajo crítico, de vigilancia y denuncia que han mantenido en su línea editorial contra las instituciones?
No siempre sucede, pero ha ocurrido. En los casos más graves algunos de nuestros periodistas han tenido que someterse a esquemas de seguridad después de la revisión de sus casos por parte de la Unidad Nacional de Protección (UNP).
¿Es fácil en Colombia ejercer periodismo independiente, como es el lema de ustedes?
No es fácil pero se puede. No se puede negar que, aunque haya sectores públicos y privados que presionan para que historias que los afecten no salgan a la luz, hay muchos otros que han entendido que el sistema democrático implica airear los lados buenos y también los regulares y los definitivamente malos que se les encuentren. En suma, hay libertad de prensa en Colombia con algunos peros, unos más delicados que otros. Pero que se puede, se puede.
¿A sus periodistas les ha tocado enfrentar alguna batalla judicial precisamente por su trabajo investigativo y de denuncia?
A ellos y a mí. Y con más frecuencia de la que se justifica en derecho. No es extraño que a nuestra sala de redacción lleguen derechos de rectificación, peticiones para que entreguemos materiales originales que hemos obtenido, tutelas, demandas y hasta denuncias. Por fortuna los enfrentamos con serenidad y podemos sustentar la exactitud de nuestras afirmaciones y sorteamos con éxito ese tipo de obstáculos.
Normalmente las presiones llegan según los casos que estemos examinando. Pueden salir de cualquier lado. Hay que aclarar que no consideramos que las solicitudes que nos hacen de escuchar a las contrapartes de una historia, sean presiones indebidas. Es nuestra obligación y la de cualquier periodista entender los dos lados de un problema, lo que no implica un compromiso para ocultar datos que las audiencias tienen el derecho de conocer.
¿Cuál considera usted es el nicho más importante de audiencia que tiene el noticiero, en cuanto a edades, nivel intelectual, estrato y distribución geográfica del país?
Por las características de Noticias Uno nuestros televidentes suelen tener un nivel intelectual de medio a alto, y coincide con el estrato social. Pero, ojo, tenemos tanta acogida en los estratos populares de la provincia —en la costa Atlántica con fuerza notable—, que algún vacío informativo tenemos que estarles llenando, un vacío que los demás no están atendiendo. Somos tan soberbios en los medios que creemos saber lo que la gente quiere. Y esta sabe más que nosotros de la realidad que viven.
También es columnista del periódico El Espectador, cuéntenos ¿cómo le va en esa faceta?, y si mantiene la misma línea que con los temas del noticiero.
Como columnista obviamente tengo la libertad de expresar mis opiniones lo que me da mayor libertad y amplitud que en un medio estrictamente informativo. Soy directa y no doy vueltas a la hora de criticar conductas de funcionarios o de personas que tienen responsabilidades públicas y que, a mi juicio, no son correctas o no se adecúan al interés general. Algunos consideran que soy muy dura y que expongo mi seguridad. Puede ser cierto pero hago dos reflexiones al respecto: 1. Mientras mis opiniones se basen en hechos ciertos y verificables, me siento bien conmigo misma porque me salvo de ser injusta. 2. Si la profesión y la vida me han dado la oportunidad de tener un espacio para comentar los acontecimientos nacionales y me muero de miedo de hacerlo, significa que no la merezco. Entonces, debería retirarme. Todavía eso no me ha sucedido. Espero que antes de que llegue ese momento haya tomado la decisión responsable de dejarle el campo abierto a otro con mayor valor.
(*) Con apoyo periodístico de Jonathan Díaz Cárdenas.