El sicariato se tomó los domingos en Barranquilla y Soledad; estos son sus autores

En 2022 y lo que va de 2023, la capital del Atlántico y el segundo territorio más poblado de este Departamento han sido escenarios de masacres u homicidios múltiples, como describen las autoridades a este tipo de episodios de extrema violencia, casi en su mayoría, por no decir que todas, relacionadas con una disputa territorial entre dos bandas criminales que compiten por el control del narcomenudeo y la extorsión.

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En su más reciente visita a la ciudad de Barranquilla y sacudido por los diferentes hechos de alteración de orden público, el director de la Policía Nacional, general Henry Sanabria, se refirió a lo que sucede en la ciudad y sus municipios aledaños, asegurando: “Aquí básicamente buscan es dinero fácil, de rentas criminales a través del narcotráfico, del tráfico local de estupefacientes, que es lo que mueve a estas personas a hacerse a finanzas ilícitas. Y en esa búsqueda, en ese afán de hacerse a ese dinero pues se generan disputas por controles territoriales, un control territorial que se enfoca básicamente a tener más expendios de droga fijos y móviles y en actividad criminal, y eso es lo que infortunadamente nos genera una afectación principalmente a la vida”.

Frente a Digno Palomino y a Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, quienes estarían involucrados como determinadores de algunos de estos sucesos en mención, el general Sanabria comunicó: “Aquí convergen dos actores criminales, ambos privados de la libertad, uno en Venezuela y otro acá en Barranquilla, de lo que se trata por parte de las autoridades es buscar que estas personas sean sometidas para evitar esos actos criminales que afectan la integridad y la vida. Eso hace parte del trabajo judicial dirigido por la Fiscalía. Esperamos que de pronto frente a estos hechos haya una acción penal en contra de Digno (Palomino)”, manifestó el alto oficial.

En esa labor judicial, de acuerdo con lo conocido por este medio, investigadores han rastreado y detectado algunas conexiones existentes entre las masacres ocurridas en 2022 y 2023. 

Por ejemplo, los hechos de sangre registrados en el barrio Montes, en agosto de 2022, en la masacre de Las Flores en septiembre del mismo año y en la de Villanueva, en marzo de 2023, según las autoridades, tendrían relación con la pugna entre alias Castor y Palomino, aparentemente, por ejercer el control y demostrar poder en las rentas del narcotráfico.

Pero además, en cuanto a la masacre del barrio El Santuario, una de las hipótesis que cobra más relevancia para las autoridades es que esta habría sido ordenada por alias Castor para ejercer mando sobre el corredor comercial de la carrera 8 de Barranquilla y, de esta manera, hacerse sentir en la zona. Esto luego de que alias el Negro Ober hubiera cobrado una extorsión en uno de los negocios donde supuestamente Castor pretendía tener el mando.

Así mismo, los uniformados buscan aclarar si Mergesh David Lizcano Gutiérrez, alias Pri, asesinado el pasado 16 de marzo en el norte de Barranquilla, fue quien guió la huida de los hombres armados que actuaron en El Santuario.

Y cabe reseñar también que es del resorte de las autoridades lo de la masacre de Villanueva, la más reciente. Esta habría sido ordenada por Castor tras la muerte de Mergesh David Lizcano, atribuida a Palomino. 

Patrones

Tanto los hechos ocurridos en el año pasado y el actual tienen varios patrones usados por los victimarios. Tres de las masacres de 2022 se cometieron los días domingo, dos un lunes festivo y una un día sábado, siempre en medio de encuentros en establecimientos comerciales.

En las masacres de 2023, tres ocurrieron un domingo y dos un martes. Cabe mencionar que en la mayoría de los casos de este año también sucedieron en medio de fiestas y reuniones que incluyó un grueso número de asistentes.

Otra característica relacionada con el derramamiento de sangre tiene que ver con el uso de pistolas nueve milímetros para realizar los ataques sicariales. Los verdugos casi siempre llegaron en motos, mientras unos se bajaron, otros los esperaron a bordo de los vehículos. Luego se marcharon ante la mirada atónita de quienes presenciaron el caos y el sonido de las balas.

En ninguno de estos hechos se cubren los rostros, lo hacen de frente como un desafío a la propia muerte, hombres jóvenes, ellos son los encargados de apagar las vidas de quien se cruce en medio de las balas desmedidas, esto último, según información recopilada entre testigos. 

Y es que lo que hoy está sucediendo en el Atlántico con hechos de violencia ya había sido alertado a finales del pasado mes de octubre por la Defensoría del Pueblo, a través de la alerta temprana número 029 del 2022, en donde hizo mención de manera detallada de las bandas delincuenciales que representan  un alto riesgo, especialmente, para cinco municipios del Atlántico.

Agregó que los homicidios selectivos y múltiples, la extorsión y las amenazas están afectando de manera directa a las comunidades de estos municipios, en especial, a comerciantes, transportadores, población infantil, adolescente y juvenil, haciendo alusión a que organizaciones como ‘los Costeños’ y ‘los 

Rastrojos Costeños’ también tienen injerencia en la mencionada zona del departamento, además de en Barranquilla y su área metropolitana.