La milagrosa historia de Pablo Rafael Córdoba Cañizares difícilmente podría ser más increíble y conmovedora. Cuando los organismos de socorro solo extraían cadáveres, este lunes fue rescatado sano y salvo bajo los escombros del hotel El Gato, en la ciudad de Portoviejo, Ecuador, una de las ciudades que más resultó afectada tras el terremoto de 7,8 del pasado sábado.
Pablo era el administrador del hotel que terminó en ruinas, y pasó más de dos días atrapado bajo ladrillos, láminas y cemento en completa soledad. Conforme transcurría el tiempo, las esperanzas de ser encontrado comenzaban a desvanecerse, incluso su esposa, en la superficie, ya había comprado su ataúd.
“Ya había comprado el ataúd, no le hice nada de reclamos porque ella entró en shock, en desespero. Una cosa es como lo cuento y otra ver cómo está el edificio, se lo tragó la tierra”, comentó el sobreviviente para Blu Radio.
Pablo oró mucho y le pidió al cielo una señal. De hecho, le atribuye a una providencia divina el haber quedado atrapado sin un rasguño y justo con una linterna en sus piernas. "Cuando volví a despertar el milagro de la vida, el milagro de Dios…Encontré una linterna sobre mis pies. Pude ver donde estaba ubicado", contó para los micrófonos de Blu.
Pablo Córdoba Cañizares | Notitarde
Si hasta aquí les suena increíble, no van a dar crédito a la manera cómo logró ser encontrado: llamó desde su celular.
Resultó que Pablo tenía consigo el teléfono celular de su trabajo, y aunque no hubo señal por varias horas, decidió encenderlo periódicamente hasta que tuvo suerte. La batería del teléfono, seguramente producto de no recibir transmisión alguna, también se encontraba con suficiente carga. “Tenía tres rayitas”, como le dijo a Blu.
“Pude llamar a una amiga en Esmeraldas y le pedí que difundiera la noticia de que yo estaba vivo. Luego pude comunicarme con mi esposa. El temor más grande era que pudiera morir, no de nerviosismo sino por la remoción de escombros”
Los cuerpos de bomberos de Cuenca y Bogotá se movieron inmediatamente al lugar. Trabajaron durante varias horas en la ubicación de Pablo hasta que lo encontraron.
El sargento Édison Morales, de los bomberos de la capital colombiana, expresó su satisfacción con el resultado del operativo de rescate: "Estamos felices, ese es el mejor pago que nosotros tenemos al venir a colaborar a una comunidad hermana”.
Aunque se dijo que Pablo había bebido su propia orina para sobrevivir, él mismo no lo confirmó en la entrevista radial. Aquí tienen las declaraciones completas de Pablo Córdoba para Blu Radio.
En medio de una tragedia que deja hasta ahora una cifra superior a los 500 muertos y más de 4.000 heridos, la noticia del rescate de Pablo le da la vuelta al mundo como un milagro que revive la esperanza de encontrar más sobrevivientes. Ya están cumpliéndose las primeras 72 horas tras el terremoto, una línea decisiva entre la vida y la muerte para quienes estén sepultados. Esperamos que el de Pablo no sea el único milagro que podamos contar.
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