Juan Eduardo Grossman es venezolano, con cuatro años de residencia en Barranquilla, donde ejerce como ortopedista especialista de pie y tobillo.
De origen alemán, estuvo el pasado sábado en el puente Tienditas, en Cúcuta, en la fallida entrega de la ayuda humanitaria al pueblo venezolano, en uno de los puestos habilitados de primeros auxilios.
“Lo del sábado fue una guerra más. En Venezuela estamos acostumbrados a eso. A las confrontaciones entre los civiles y las fuerzas del Estado”, sostuvo este caraqueño.
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Él cuenta que atendió a unos 60 pacientes y que la mayoría de las personas que socorrió presentaban las heridas en la cara. “Fue el común denominador. Cerca a los ojos, en la frente, y otros en la nariz. A dos personas les ví comprometidos uno de los ojos. Fueron heridas con perdigones”, relató.
Los perdigones son un tipo de proyectil de la munición de escopeta consistente en pequeñas esferas de plomo u otro metal. Cuando se efectúa el disparo, estas salen del cañón dispersándose y permitiendo impactar más fácilmente al blanco a corta distancia.
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Grossman pertenece a ‘Médicos Unidos por Venezuela’. Unos diez galenos fueron llegando por su cuenta al puente Tienditas y se pusieron a las órdenes del coordinador de un improvisado puesto de primeros auxiulios bajo una carpa. La labor fue de largo metraje: de 9 de la mañana hasta las 7 de la noche.
“Y cada vez que se requiera voy a estar prestando mis servicios profesionales de manera desinteresada”, apuntó.