'La Tyson', María del Carmen Rodríguez
'La Tyson', María del Carmen RodríguezCortesía y archivo
Historias

Así fue el nocaut definitivo a La Tyson, ‘reina del fleteo’ en Barranquilla

Hace no muchos días transcurrió un nuevo aniversario del fallecimiento de María del Carmen Rodríguez Martínez, la mujer que torció su carrera como deportista para dedicarse a la delincuencia.

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Fue en un intento por hacer las cosas bien y cumplir su sueño en el que María del Carmen Rodríguez Martínez torció completamente su destino hasta convertirse en la ‘Reina del Fleteo’ o más conocida en el mundo criminal como ‘La Tyson’, un historial delictivo que propició su muerte el pasado 21 de junio del 2012. Curiosamente se cumplieron 12 años de dicho momento.

Todo se derrumbó en el mundo de esta mujer cuando se le fue negada la entrada a la Fiscalía General de la Nación. Ante los medios de comunicación de la época siempre aseguró que su mayor deseo era ser una reconocida investigadora.

El no poder alcanzarlo la llevó del otro lado del mapa, siendo una de las grandes pesadillas de este ente acusador, cuyos funcionarios en Bucaramanga tuvieron que realizar el levantamiento de su cadáver cuando la sangre corrió en la capital del departamento de Santander.

La contextura física que tenía era quizás tan conocida en las calles como su seudónimo. Una mujer fornida de piel morena que intimidaba del solo caminar, por ello su referencia con uno de los mejores boxeadores de la historia. El cabello la mayoría de veces estaba recogido y su mirada penetrante era acompañada por una leve sonrisa que le podía hacer sentir en confianza sin imaginar que casi siempre portaba algún arma de fuego con el que le pudiese hacer daño.

Hasta el momento de su fallecimiento, tenía más anotaciones judiciales en el Sistema Penal Oral Acusatorio, Spoa, que años delinquiendo. Desde el 31 de marzo de 2008 hasta el día de su deceso, María del Carmen tenía por lo menos ocho antecedentes: cuatro por porte ilegal de arma de fuego, uno por hurto calificado, uno por daño en bien ajeno, uno por lesiones personales y otro por fuga de presos —data que remonta al 9 marzo del 2012—.

Murió en su ley

El único combate en el que la ‘La Tyson’ sucumbió no fue ni ante la Policía Metropolitana, ni ante la Fiscalía que tano luchó por mantenerla tras las rejas. Fue en su ley, haciendo lo que “mejor sabía hacer”. Lo único que pudieron decir las autoridades en su tiempo al confirmarse la lamentable noticia es que “se había apagado el mito delictivo de esta temible fletera”.

Tampoco sucedió en su casa, sino en un terreno hostil que definitivamente era nuevo para ella. Rodríguez Martínez, de 25 años en aquel entonces, al parecer en un intento por abrir sus horizontes, saltó junto con un cómplice a robar en una plaza de mercado de Bucaramanga. No obstante, fue foco de tres impactos de bala en su espalda que fueron accionados por una víctima envalentonada gracias a la rabia de una vez más ser blanco de la delincuencia.

Ya se hablaba de su legado por aquellos días en el Santander. Quizás no había gran importancia en su nombre, pero su fisionomía había sido descrita en distintas conversaciones. No faltaron los curiosos que se detuvieron en el sitio para ver el procedimiento de los peritos de la Fiscalía.

Una imagen que nadie se imaginaba presenciar teniendo en cuenta que no debería estar allí, puesto que el Juez 9o. Penal Municipal con funciones de control de garantías, Marco Fidel Mazo, le había decretado detención domiciliaria, luego de haber sido capturada por la Policía en la calle 84 con carrera 64B, en momentos en que se desplazaba en un taxi de placas UYO 486, junto a Carlos Adolfo Barros Fontalvo.

Los hechos en Bucaramanga tuvieron lugar a eso de las 5:30 de la tarde. La mujer había encañonado al comerciante, quien le entregó sin vacilar el producido del día. Cuando se dio la vuelta fue que sintió las detonaciones, a su lado quedaron un revólver calibre 38 y el bolso repleto de dinero. Horas después, el agresor se entregó sin problema a las autoridades.

“Los dos delincuentes huyen del lugar. El propietario del negocio reacciona para defender su patrimonio y dispara contra los atracadores. La mujer, que se movilizaba en la motocicleta, cae muerta a una cuadra del lugar. El otro delincuente escapa, pero tenemos información que nos ayudará a localizarlo”, fue la declaración oficial del brigadier general José Ángel Mendoza Guzmán, comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.

La Valenciano

Aunque la fallecida estuvo privada de la libertad en la cárcel del Buen Pastor, tras resultar herida en un enfrentamiento que tuvo contra unos uniformados en 2008, la realidad de María del Carmen no siempre estuvo ligada a la delincuencia. Contrario a eso, tenía un futuro esperanzador en el fútbol de salón.

Antes de ingresar en el mundo del hampa, ‘La Tyson’ fue arquera de la selección femenina del Atlántico de fútbol de salón que participó en los Juegos Nacionales del año 2004. Su fuerza para patear el balón hizo que sus compañeras la bautizaran como ‘La Valenciano’.

“Mary le pegaba tan fuerte al balón que podía hacer un gol de arco a arco. Una tarde de junio de 2007 no llegó a un partido de fútbol en el que la esperaban, se cree que desde esa época empezó a torcer su rumbo. Dejó de jugar, se perdió. La llamaban y decía que iba, pero nunca llegaba. Ahí surgieron los comentarios de que se había metido a atracadora”, afirmó en su tiempo una de sus amigas bajo reserva de identidad.

AL DÍA habló con Edgar Blanco, quien fue su entrenador en dicho equipo femenino cuando María del Carmen tenía solo 19 años de edad.

“Una pateada impresionante. Yo era entrenador de ella, trabajaba en el colegio donde la madre era vigilante. Recuerdo que la veía todos los días. En esa época logramos varios títulos con la selección femenina de fútbol de salón. Una vez me abordó en el colegio para pedirme una oportunidad, la vi patear y la invitamos a una práctica en el coliseo cubierto. Dijimos que esa era. En este deporte es fundamental tener un arquero que pateé duro y tengan dominio del balón. Reunía todos esos requisitos, era aguerrida, no le tenía miedo a nada”, declaró.

También la describió como persona destacando que nunca se enteraron que anduviese en malos pasos: “Una mujer muy sencilla, humilde, recochera. Fui uno de los primeros que me extrañe y lamenté verla en ese camino que le costó la vida. Era la primera que llegaba a los entrenamientos. Se dejaba dar consejos y todo lo demás”.

Aunque los tiempos eran distintos, Edgar recuerda que les decía constantemente que “no diera papaya porque la sociedad era inclemente”. “Siempre les hice énfasis en que había que estudiar, muchas hoy en día son profesionales”, añadió.

“Uno podía aconsejarlas durante el entrenamiento, sin embardo el problema es que el resto del tiempo ellas estaban en su casa. Quizás tuvo más poder las amistadas, entre comillas, que la metieron en ese mundo. Yo alcancé a visitarla cuando estaba presa. Me abrazó, lloró y dijo que se comprometía a salirse de ese andar. Lamentamos lo que pasó”, finalizó.

María del Carmen Rodríguez vivió una vida entre glorias y decepciones. Siempre destacó en lo que hacía, aunque eso finalmente le haya arrebatado la vida.

 

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