¿Es realmente la fecha que celebramos el nacimiento del 'Niño Dios'?
Conozca el concepto de especialistas sobre este acontecimiento.
¿Qué pasaría si nos enterásemos que una de las noches más lindas que vivimos los seres humanos en todo el año y en toda la vida, como lo es la del 24 de Diciembre, se pusiese en entredicho de celebrar puesto que, según ambigüedades de la historia, resulta dudoso que a las 12 de la noche de ese día de hace 2017 años haya efectivamente ocurrido el magno acontecimiento del nacimiento de Jesús, el hijo de Dios? Pero eso jamás ocurrirá debido a la fuerza universal de esta fantástica tradición navideña.
Todos sabemos que el advenimiento de Jesús, precisamente simboliza el nacimiento de una esperanza dentro de una prolongada situación de penurias y dificultades. No obstante conviene saber, al menos como simple información general, que de unos siglos para acá los entendidos en temas teológicos se callan una verdad que les atormenta íntimamente: existen datos contradictorios y confusos sobre la fecha exacta en que nació Jesucristo.
¿EL MESÍAS NACIÓ EL 25 DE DICIEMBRE?
Todo indica que la fecha exacta del natalicio de Jesús se hubiera extraviado con el trajinar del tiempo. Acuciosos investigadores europeos han hecho en vano todos los esfuerzos por ubicar esa fecha.
Entre otras cosas es tal la pericia de estos estudiosos que el prelado irlandés James Ussher (1581-1656) matemáticamente calculó el año, el día y hasta la hora exacta de la divina creación del universo, mediante la suma de todas las generaciones que prolijamente aparecen descritas en la Biblia. Esa fecha la ubicó en el 23 de Octubre del 1404 a. de C. a las 9:00 am, lo cual ha sido aceptada por muchos estudiosos actuales de la Biblia debido a la rigurosidad con la que Ussher realizo la investigación.
No obstante haberse fijado temporalmente con relativa certeza la creación del universo, los investigadores religiosos prácticamente han fracasado en sus intentos por hacer lo mismo con el nacimiento de ese niño que, con su mirada de hombre, dividió en dos la historia de la humanidad.
Veamos los motivos por los cuales existe confusión sobre esa bendita fecha: Dale Carnegie refiere que apenas a dos años de la muerte de Cristo ya se decía por parte de diversos sabios que el redentor de la humanidad había nacido el 20 de mayo, otros decían que fue el 19 de Abril mientras que otros más la ubicaron el 17 de noviembre. Hasta en Belén en la actualidad las diferentes sectas conmemoran la Navidad en fechas desemejantes: unos el 25 de diciembre y otros el 6 de enero. En Abisinia (África ) se festeja el primer día de cada mes, exceptuando marzo.
De otro lado un ingeniero colombiano, Iván Ramírez, quien trabaja con la Nasa, tomando la Biblia como fuente de documentación, sostiene que Jesús habría nacido en septiembre o a comienzos de octubre. En Lucas 1:24-36, aparece que Jesús nació aproximadamente seis meses después de Juan Bautista y, si los embarazos de Isabel, la madre de Juan y de María fueron normales, Juan habría nacido en marzo y Jesús en septiembre. La fecha se ajusta a la indicación en Lucas 2:8, según la cual en la noche del nacimiento de Jesús los pastores cuidaban los rebaños al aire libre y el cielo estaba estrellado, indicios que difícilmente se habrían registrado en diciembre, época de invierno en el hemisferio norte.
Empero existe una hipótesis de mucha credibilidad que dice que la fecha del 25 de diciembre fue impuesta por el emperador romano Constantino en el Edicto de Milán que promulgó dos siglos después de Cristo. Mediante ese Edicto se erigió al Cristianismo como la religión oficial del imperio romano y escogió esa fecha decembrina en la que hasta entonces los paganos romanos realizaban los festivales de Saturno (el día de la Agricultura) en los que la población consumía abundantemente comidas y bebidas, y adornaban sus casas con flores, regalaban muñecos a los niños y se hacían presentes unos a otros.
De todas formas, aceptemos o no la anterior hipótesis, los estudiosos bíblicos también encuentran una contradicción matemática que descarta que Cristo hubiese nacido un 25 de diciembre del año 0. El cruel rey Herodes de Judea según la historia murió el año 4 a. de C., mientras que según nos revelan las sagradas escrituras aún vivía cuando María trajo al mundo a Jesús. Como todos sabemos Herodes fue precisamente quien ordenó la célebre matanza de niños en Belén al enterarse del cercano nacimiento del niño Dios.
La Biblia incurrió en este tipo de desfases debido a que durante los primeros 8 siglos después de Cristo existía un caos en la medición del tiempo y apenas se empezó a contar nuestra era a partir del año 800 después de Cristo.
Y en esa confusión se diluyó la fecha exacta del nacimiento del Dios hecho hombre.
¿CÓMO FUE EL NACIMIENTO DE JESUS?
No obstante todas estas imprecisiones en nuestra cultura occidental se ha aceptado con vencionalmente la fecha del 25 de Diciembre para celebrar el natalicio del Mesías. Según es narrado en el “Protoevangelio de Jacobo” (uno de los evangelios apócrifos o de dudosa inspiración divina sobre la infancia de Jesús) cuando estaba a punto de ocurrir el nacimiento del niño-Dios aconteció un fenómeno misterioso en la naturaleza: todas las criaturas se detuvieron, los pájaros quedaron inmóviles en el aire, los cabritos que bebían en el rio estaban con las bocas abiertas y la misma corriente se paralizó. El tiempo se detuvo por un momento.
El nacimiento del Mesías (el comienzo de una nueva era) paralizó el mundo. Según narra el mismo José la noche se esclareció tanto que parecía ser de día.
Una enigmática estrella iluminaba por fuera todo el establo como si fuera el sol pero sin su color. Esa estrella fue la que guio a los tres Reyes magos hacia Belén.
Y de esa manera , en una noche cuya fecha aún no ha sido determinada con exactitud, nació el Divino niño, rodeado de su Sagrada Familia, por los arcángeles, los pastores que cuidaban sus rebaños y un par de privilegiadas bestias, todos ellos iluminados por un desierto celestial sin orillas inundado de titilantes estrellas. Esa es la Noche Buena que hoy celebramos en nuestra tradición cristiana y que ojalá nuestros niños nunca la dejen de vivir como la más hermosa de su infancia.
Defendamos esta mágica noche navideña del sentido comercial que hoy algunos le quieren dar a las mismas al querer incorporar personajes de otras culturas como Santa Claus o Papá Noel en vez de nuestro Niño Dios que, en la noche del 24 pone, a los infantes que se han portado bien, los esperados regalos y juguetes navideños.
Así mismo alejémosla del licor y otras ruidosas costumbres adultas (bailes etílicos, etc). Respetemos que esa siempre sea la noche de los niños.
Por: Roque Herrera