Las articulaciones son las uniones entre los huesos próximos, y son las encargadas de proporcionar movilidad y elasticidad al cuerpo. Las articulaciones están recubiertas de cartílago, que es un tejido firme y elástico que tiene las propiedades necesarias para almohadillar y permitir el roce entre los dos huesos que se articulan, amortiguando las cargas físicas.
Dolores agudos, pinchazos, inflamación y rigidez en muñecas, codos, hombros, rodillas, tobillos y pies, pueden imposibilitarnos en la realización de nuestras actividades y reducir significativamente nuestra calidad de vida.
Las causas del dolor de las articulaciones son varias: inflamatorio y mecánico. Si el origen del dolor es mecánico, característico de procesos degenerativos como la artrosis u osteoporosis, aumenta con el movimiento y el esfuerzo, y mejora con el reposo.
Si el origen del dolor, en cambio, es inflamatorio como en la artritis reumatoide, no mejora con reposo y se acompaña de enrojecimiento, inflamación de las articulaciones e incluso la deformación y debilitamiento de éstas.
La artritis reumatoide afecta preferentemente a las articulaciones de los dedos, manos, muñecas y pies. La atención farmacéutica debe comenzar por la prevención, para ello son imprescindibles las actuaciones sobre: la modificación de estilos de vida como: evitar la obesidad y dejar de fumar. La adopción de medidas de corrección postural y la realización de ejercicios físicos aeróbicos, que pueden combinarse con ejercicios de fortalecimiento muscular, flexibilidad y coordinación motora (caminar, bailar, nadar, ir en bicicleta, yoga), siempre adaptados a la gravedad de la enfermedad.
La adopción de hábitos dietéticos saludables, como introducción en la dieta de calcio y vitamina D en casos de osteoporosis y de suplementos alimenticios con colágeno, son de gran ayuda para estos problemas de la salud.