Mucho se ha hablado de los molestos síntomas en la vida de toda mujer durante la llamada Menopausia, cese definitivo de la ovulación (menstruación) y de su capacidad de reproducción. Pero poco se ha divulgado de un crítico período en la vida de los hombres, con una sintomatología hormonal distinta, pero igual de engorrosa; bautizado como Andropausia (‘andro’: varón, y ‘pausia’: cesar).
Es común que el afectado afirme: “Siento que no soy el mismo…se me agotó la pila”. Lo llamativo de esta alteración metabólica que golpea el ego masculino, además de generar cambios físicos y psicológicos en quien la experimenta, es que compromete el funcionamiento de su sexualidad.
Esto hace que muchos hombres, por cuestiones culturales, se nieguen a reconocer algunos de sus síntomas, y empiezan a exteriorizar reacciones depresivas (algunas veces suicidio), conductas evasivas alcohólicas, y hasta vergonzosas situaciones con la pareja o con otras mujeres, al tratar de demostrar su virilidad y fracasando en el intento. Algunos ante esa serie de cambios orgánicos recurren a la tintura del cabello y otros artificios (bebidas vigorizantes, vestuario juvenil, etc.) tratando de negar el paso de los años.
Es bueno advertir a quienes sospechan que estén atravesando por este “climaterio varonil” (bautizado como el “demonio del mediodía masculino”), que no hay que alarmarse, pues la Andropausia tiene fácil solución si se recurre a un médico que le ayude a recuperar el equilibrio propio de este periodo crítico.
SÍNTOMAS DE LA ANDROPAUSIA
Esta afección tiene una simple y principal causa: el progresivo descenso en el organismo masculino de la producción de la hormona testosterona, que juega un papel trascendental en la vida del hombre, ya que interviene en muchas funciones físicas, bioquímicas y mentales. Actúa en órganos sexuales, huesos, músculos, cerebro, piel y cabello; así como en la modificación de niveles de colesterol y hemoglobina. Esto no sucede en todos los hombres, y a veces los síntomas se pueden confundir con una depresión y hasta con problemas de próstata.
Los urólogos lo llaman ‘síndrome de deficiencia androgénica del hombre adulto’, Adam, por sus siglas en inglés.
Mientras en la menopausia se da un cese de la fertilidad debido por la drástica disminución de las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona), en la Andropausia la testosterona (la hormona masculina) disminuye 10% cada década, pero no cesa definitivamente la fertilidad.
Puede iniciar entre los 40 y los 59 años en el 12%, entre los 60 y los 70 años en el 20%, y en los mayores de 70 puede llegar hasta el 30%. En total esto aqueja al 62% de los hombres. En lo emocional la cosa no difiere mucho de las que experimentan las mujeres que pasan por este periodo.
Entre los principales síntomas del “Síndrome del déficit de testosterona” están:
1.
Disminución de la líbido o deseo sexual: disminución de las ganas de relaciones sexuales, además se acompaña de menor erección o rigidez del pene (flacidez), y alteraciones en la eyaculación.
2.
Desgano y falta de energías: el estado de ánimo puede tornarse depresivo, apático, y con falta de emprender actividades. El hombre se siente con menos fuerza y resistencia física, y se cansa más de lo habitual.
3.
Tendencia al mal humor, la ansiedad y la irritabilidad: estos cambios hormonales vuelven a algunos hombres “insoportables, gruñones, malgeniados o amargados”, lo que origina conflictos con sus parejas, vecinos o compañeros de trabajo.
4.
Disminución de la agilidad mental y de memoria. Se dan dificultades a nivel cerebral disminuyendo la habilidad numérica y verbal. Esto suele acompañarse con dificultades para la concentración, insomnio y olvidos frecuentes.
5.
Reducción de la masa muscular y descalcificación de huesos: al disminuir la producción de testosterona la distribución de la grasa se asemeja a la de la mujer y se aumentan las adiposidades alrededor de las glándulas mamarias y en los glúteos, que no son localizaciones comunes en el varón.
6.
Otros síntomas corporales y enfermedades relacionadas: es posible que el “Sindrome de deficit de testosterona” cuando no es medicamente tratado se asocie con enfermedades que complican la salud del paciente, como las alteraciones cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes mellitus, síntomas de osteoporosis y un aumento de las grasas malas (el LDL colesterol), y un descenso de las grasas buenas (HDL colesterol).
¡CUIDADO CON AUTO-MEDICARSE!
La principal solución es buscar ayuda médica (más específicamente urológica) para que le remita, antes que todo, a practicarse un examen de los niveles de testosterona en la sangre que confirmen o no la Andropausia.
Tres requisitos se requieren para tratar la Andropausia.
1.
Que los análisis demuestren niveles bajos de testosterona.
2.
Que se manifiesten los síntomas mencionados del déficit de esta hormona.
3.
Que se haga bajo el control médico. Mucho cuidado con auto-medicarse ingiriendo “a la loca” dosis de Testosterona, pues está comprobado que ingerir esta hormona sin necesitarla resulta peligroso, pues puede ocasionar aumento de la próstata o incremento de glóbulos rojos y de colesterol.
Gracias al tratamiento el hombre experimentará notables beneficios como el incremento del deseo y la actividad sexual, el aumento de la erección, se mejorará su densidad ósea, descenderá la grasa corporal, y aumentará la masa muscular. En general se notará mejoría del estado de ánimo y autoestima.
TIPOS DE ANDROPÁUSICOS
La psicóloga argentina Beatriz Goldberg en su libro, Como convivir con un andropáusico; hizo una clasificación de los tipos de afectados por este “climaterio masculino”.
1.
Andropáusico Cartersiano: el que vive haciendo filosofía, planteándose todo lo que le ocurre.
2.
Andropáusico Duro: el que intenta demostrar fortaleza. Sabe que su testosterona está en baja, pero finge que no le importa.
3.
Andropáusico Nostálgico: quien está en constante búsqueda de la testosterona perdida. Vive del pasado y le encanta hacer alarde de lo que hizo en tiempos mejores.
4.
Andropáusico Creativo: asume la edad que tiene y actúa en consecuencia. Sabe reconocer los años vividos, no se tiñe el pelo ni intenta esconder su calvicie.
5.
Andropáusico Científico: prueba de todo para mantenerse joven con tal de que la vejez no lo encuentre.
6.
Andropáusico vergonzante: pasa el día entero mirándose al espejo.
Sea cual sea el tipo de Andropáusico, vale recalcar lo importante que resulta, en medio de esta “locura transitoria”, el apoyo y la comprensión de la pareja, familia, amigos y compañeros de trabajo.