No fue casualidad que en el primer partido de Junior sin Alexis Mendoza en el banco volvieran a jugar Édinson Toloza y Juan Guillermo Domínguez. Ambos estaban apartados del equipo desde antes del cotejo ante el DIM por indisciplina.
Y esa no era la primera vez que relegaban a este par por esos motivos. Sin embargo, siempre han terminado jugando por encima de la cabeza de los entrenadores, protegidos por Fuad Char. Sobre todo Toloza. Porque aunque Carachito sea más recordado por sus máscaras de Batman y su vida social en Instagram, ha rendido un poquito más que el atacante.
Toloza tiene un amplio prontuario que trataremos de resumir. El segundo semestre de 2013 llegó seis días tarde a la pretemporada. Dijo que no había conseguido transporte en Iscuandé (Nariño). Ese mismo año, en agosto, dos días antes de un partido con Santa Fe en Bogotá, se embriagó con Tressor Moreno, Jherson Córdoba y unas amiguitas.
Al finalizar ese año dijo que se iba. Pero volvió en marzo de 2014, con el torneo iniciado y en su primer entrenamiento el Zurdo López lo puso en la titular y sacó a Martín Arzuaga, quien obviamente dejó saber su molestia. En la semifinal de la Liga pasada, contra Nacional, Mendoza lo sacó de concentración por una pataleta. Algo parecido a lo que hizo aquella vez en que lo sustituyó en la goleada 4-0 en contra ante los verdolagas. Tiró guayos y gritó ofensas. O cuando retó a los aficionados a que lo insultaran.
La paupérrima cifra de 38 goles que ha anotado en 118 juegos (0.3 por partido) parece tener contento a Fuad, que lo mantiene por encima de todo y de todos... ¡Ah, y se me olvidaba! Este año Toloza fue visto en una caseta carnavalera con un directivo de Junior.
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