El fútbol existe y existirá esté Pekerman o Maturana, Guardiola, Comesaña, o Pepito González. El post de la era del técnico argentino en la Selección Colombia ha transcurrido en medio de evidente tranquilidad y buen ambiente.
No hubo cataclismos, ni boicoteo, ni protesta de jugadores. No hubo dimes y diretes por la lista de la convocatoria que fue el primer golpe de opinión del DT (e) Arturo Reyes, que tuvo a bien reunir una mezcla de jugadores que estuvieron en el Mundial, de algunos que regresaron a la Selección, y la nueva camada que ya se muestra con brillantez.
Se le ha ganado a Venezuela 2x1 jugando bien al fútbol, y se ha empatado 0x0 con Argentina en un partido duro, ríspido, disputado, de confrontación a veces. La Federación se la jugó con el técnico joven y este no fue inferior al compromiso. La convocatoria fue bien aceptada. La concentración fue armoniosa.
Los trabajos puntuales y los planteamientos para enfrentar a Venezuela y Argentina bien desarrollados. Jugamos ese fútbol cadencioso, lleno de velocidad y picardía que forma parte de nuestro ADN.
Reyes implementó cambios lógicos dentro de un trabajo en el que, bien sabe, debe responder sin horadar la imagen del fútbol colombiano. Todo salió bien. Nada se dejó al azar. La escogencia de Reyes y su cuerpo técnico, la convocatoria sin críticas mordaces ni rechazo, el triunfo ante Venezuela y el empate ante Argentina. Reyes dirigirá en la próxima fecha FIFA.
Acaba de superar un examen que le llegó de chanfle y el ejercicio lo marcará para siempre. Y ahí va el fútbol colombiano tarareando la canción de Julio Iglesias. Al final, las obras quedan las gentes se van. Otros que vienen las continuarán, la vida sigue igual…