El boxeo profesional colombiano atraviesa en estos momentos por una profunda crisis de resultados. No tiene campeones mundiales, y las posibilidades de título aparecen de forma esporádica, y en ocasiones con púgiles sin la preparación física y mental adecuada.
En un análisis de esta situación el primer campeón mundial de boxeo que tuvo Barranquilla, Sugar Baby Rojas, puso el dedo en la llaga en una publicación que realizó en su muro de Facebook el pasado 11 de marzo.
Hoy en día da vergüenza el boxeo profesional colombiano, perdieron su dignidad, salen al exterior al plan rebusque, sentenció de manera categórica Baby Sugar, excampeón supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), corona que obtuvo el 8 de agosto de 1987 ante el argentino Santos ‘Falucho’ Laciar.
Como no lo dijo ‘ningún pintao en la pared’, AL DÍA quiso profundizar con especialistas que de verdad hay en la afirmación de Baby.
Julio Torres, gerente de la Federación Colombiana de Boxeo, afirmó que Rojas tiene mucho fundamento en lo que dice.
“Esto no solo se ve en Colombia, también en muchos países en los que cualquier boxeador tiene un buen récord logrado ante pegadores de menor nivel, y ya con eso se van a pelear al exterior”.
Torres es consciente de que si un ser humano se expone a presentarse a una pelea sin la condición física adecuada, es porque la necesidad y la falta de dinero lo obligan a eso.
“Uno trata de controlar esto en la medida que sea posible, pero lo hacen muchas veces por sobrevivir, se van sin permiso al exterior porque saben que no se les va a otorgar”.
El dirigente afirma también que bajo los aspectos legales el boxeador puede ir, sin importar si está preparado o no, solo con una supuesta buena hoja de vida que lo avala para pelear en el exterior. “Muchas veces el púgil presenta un récord invicto de 10-0, y alguien le consigue una pelea por fuera del país. No se le puede decir que no, a pesar que uno en el fondo sabe que él le ha ganado a diez rivales que están muy por debajo de su nivel, pero el récord les da ese derecho”.
Torres añade que una de las razones más poderosas para que este problema no se logre superar en el boxeo mundial, es que hay mucha gente que vive de llevar boxeadores al exterior y se lucran de ello. “Son como especie de mercaderes, no le invierten nada al boxeo, solo se limitan a conseguir peleas. Cuando uno se entera y le escribe a la Comisión de determinado país, dan como respuesta que ya todo está listo y no hay marcha atrás. Esto es un problema a nivel mundial”.
También argumenta que muchos boxeadores a la voz de que se van a ganar unos cuantos dólares, llegan hasta el punto de mentir acerca de su condición y preparación. “Algunos muchachos los deslumbran con 5 mil, 6 mil dólares, y les parece un montón de plata. Nunca dicen que no están en condiciones óptimas para subirse al cuadrilátero, y llegan con el cuento de que tienen cuatro meses entrenando. Pierden la pelea y dicen que la semana pasada tuvieron gripa, entonces se hace difícil controlarlo desde ese punto de vista”.
Torres concluye en que el boxeo profesional colombiano pasa por un bache, y se está trabajando internamente en la Federación para empezar a subsanar las cosas desde las bases. “El boxeo profesional está muy caído. Nosotros estamos ajustando desde las mismas veladas que se realizan en cualquier ciudad. Exigimos el pago a los boxeadores antes del pesaje. Y no solo a ellos, sino a todos los que están implicados en la logística del evento. Desde ahí hay que apretar y ser inflexibles para que este deporte levante cabeza”.
Comunicación entre federaciones
El periodista Estéwil Quesada, especialista del deporte de las narices chatas, tiene un concepto similar al de Torres, y opina que es una situación que tristemente ahora se da más en relación a épocas pasadas. “Es complicado porque no hay un control como tal. A veces uno ni se entera que algún pegador colombiano perdió o ganó, increíblemente esto ya parece normal, por como se da todo. Ahora es más visible que antes”,
“Muchos púgiles se van en plan rebusque, además que hay muchas personas que obtienen dividendos de esa práctica, sin importarles nada, para ganarse un dinero, prima sin duda el afán económico y los boxeadores terminan siendo carne de cañón”, agrega Quesada.
“Una de las formas es que se mantenga una comunicación constante entre Federación y Federación. Es decir, si va un colombiano a Rusia, que la Federación de ese país le pida el aval a sus pares colombianos, porque los deportistas llevan los permisos, pero por lo general son falsos”, concluye el comunicador.
El periodista Alberto Agamez, otra voz autorizada del boxeo, también opina que no es algo nuevo, pero ahora es más notoria la falta de preparación y de incluso honor deportivo. “Ahora los que se van de rebusque parece que no tuvieran corazón, porque se ha dado la facilidad de ir al exterior y esto afecta al país en el sentido de la globalización que debe tener este deporte”.
Argumenta que hay muchas personas alrededor de esta situación que sin escrúpulo alguno, trabajan con estos boxeadores sin importar su bienestar. “Son personas que no trabajan realmente para el boxeo, pero viven de esto. Se ven avisos en muchas partes que dicen: “Se necesita boxeador con pasaporte”. El solo mensaje es ofensivo, porque no se pide un púgil con calidad, sino uno con un papel y ya”.
Confiesa que ha escuchado expresiones muy fuertes, y que sin duda lastiman el ya de por sí golpeado boxeo, un deporte que le ha dado muchos títulos mundiales a Colombia. “He visto personas que han dicho que para qué van a formar un campeón mundial, si lo que realmente quieren es plata. Hacen contactos a través de redes sociales y arman peleas. No se gastan un peso en preparación y sacan cientos de púgiles. Mira, hay peleadores que uno sabe desde el momento en que se van, que se van a devolver derrotados, se convierten en perdedores por excelencia, y es triste”, concluyó el analista.