Final, final, no va más: el pan de $200 dejará de existir

Francisco Fernández un pensionado que vive con sus hijos en Soledad asegura que “antes con $2 mil me podía comprar una bolsa de diez pancitos de queso y a veces me daban uno de ñapa, pero ahora con esa misma plata apenas me alcanza para cuatro panes de $500”.

“En la familia siempre nos ha gustado el pan, ya sea para desayunar acompañado de café con leche o a veces para la cena como salchichón, jamón o queso, pero nos ha tocado bajarle al consumo por la subida tan bárbara de los precios”, admitió el ciudadano afectado.

Al igual que Francisco, Jorge Sarmiento dice que ahora solo puede comprar pan unas tres o cuatro veces a la semana. “Compro pan de queso y francés, pero no la misma cantidad de antes porque los precios han subido”, admitió.

Al igual que estos ciudadanos, la posibilidad de comprar diariamente pan se les ha dificultado a muchos consumidores por el incremento de los precios. “Ya el pan de $200 no existe y el mínimo es de $500”, afirma la directora de la Asociación Nacional de Fabricantes de Pan (Adepan), Marcela Morales.

El gremio no ha sido indiferente a esta situación y ha notado la reducción del consumo de pan en los colombianos por el alza de precio. “No hay realmente productos alternativos que puedan reemplazar el pan porque a pesar su precio sigue siendo el más accesible y disponible en cualquier lugar y hora”, agregó la dirigente gremial.

Se disparan los insumos:

La crisis de las cadenas logísticas a nivel internacional, la subida del dólar y la misma guerra entre Rusia y Ucrania, explican las alzas en los insumos que usan para la panadería, ya que la mayoría de estas materias primas son importadas.

Morales afirma que en el gremio existe una gran preocupación por el aumento de precios en los insumos de panadería, que comenzó desde hace un año y medio y sigue creciendo de manera constante.

“Las alzas se han sumado y han llevado a que haya mucha incertidumbre, podemos decir que hay materias primas básicas que duplicaron sus precios como son las líneas de trigo. En octubre de 2020 un bulto de harina de trigo costaba $97 mil y hoy se compra en $175 mil”, detalla.

Debido a la insuficiencia de la producción nacional, se calcula que cerca del 90% del trigo es importado, especialmente desde Estados Unidos y Canadá.

La directora del gremio, asegura que el caso del azúcar es el más dramático, debido a que hay ciudades en las que no solamente subió el precio, sino que no se consiguen los sacos de 50 kilos. Para octubre de 2020 el precio de dicho saco era de $102 mil y hoy está en $220 mil. “Es una situación que no se entiende, ya que es un producto nacional que no está sujeto a las condiciones del entorno global”, sostiene. Además, otros insumos como la leche en polvo que es usada en los procesos de panificación también se han disparado, un saco de 25 kilos pasó de $350 mil en 2020 a $700 mil a la fecha.

“Para quienes hacen pan se ha vuelto difícil asumir estas alzas, por un lado se vieron obligados a subir el precio al consumidor final y por otro, desde el punto de vista del negocio, hay afectaciones porque las cuentas no dan y los más afectados son las panaderías de barrio”, dijo la empresaria.

Los pequeños negocios:

Adepan resalta las afectaciones que la situación actual ha tenido en los pequeños negocios que operan en los barrios, los cuales muchas veces son de tipo familiar y se han visto obligados a cerrar porque no pueden manejar los costos elevados.

Marcela Morales destaca que la industria genera unos 400 mil empleos directos y unos 800 mil indirectos y cuenta con un número importante de unidades de negocio familiares.

Por su parte, Orlando Jiménez , vicepresidente de Undeco, señala que las actividades de la panadería, se han visto afectadas por los precios de los insumos, los cuales han superado los máximos históricos.

Explica que el sector tiene diferentes tipos de negocios que incluyen a la industria de la panificación que produce grandes volúmenes y distribuye a nivel regional o nacional y también están las panaderías que venden el llamado pan de vitrina que pueden ser grandes o medianas y que complementan su oferta con productos de repostería.

También están las llamadas panaderías de barrio que producen en menor cantidad y venden en sus locales y otras que comercializan el pan a tiendas o lo distribuyen casa a casa. “Estos negocios pequeños son los que enfrentan mayores dificultades para cubrir estos aumentos”, dice Jiménez.

El pan de $500

Según Jairo pineda, quien es dueño de una panadería, afirma que el pan de $500, que no contiene ningún relleno o adición, pasó a ser el más barato.

Los aumentos se presentan semana a semana en el azúcar, la harina de trigo, las grasas, el bocadillo y el arequipe. Por eso tenemos que subir los precios, pero no mucho porque entonces las personas no compran”, comenta.

Además de todo lo mencionado, las alzas en las tarifas de los servicios públicos, se convierten en otra adversidad  pagar estos negocios. El panadero afirma que de persistir esta situación el pan seguirá subiendo y el más barato podría quedar en $700.

Para el administrador de otra panadería, Rodrigo Sánchez,  son varios los factores por los que han subido los insumos. Uno de ellos es el comportamiento del dólar que se cotiza en más de $4.000 y las dificultades con las importaciones que han llevado a que muchas veces no haya el abastecimiento suficiente de materias primas. “Las ventas se mantienen, pero son menores que antes de la pandemia”, señala.

Buscan soluciones

Adepan, en cabeza de su mandataria, pide al nuevo gobierno que se amplíen los canales de comunicación con el sector, debido a que la implementación del Impoconsumo del 8 %, que se cobra en las panaderías como una alternativa de solución frente a los altos precios del pan, no debería tener lugar este año.

En adición a esto, se solicitará el análisis a la situación que presenta el cultivo de la yuca en el país, la cual es la base para la elaboración del almidón, indispensable en la preparación de productos o amasijos que son propios de la gastronomía colombiana.

El desabastecimiento del almidón se ha presentado debido a la tendencia a la baja de los cultivos de este producto y a la disminución de la compra de yuca, lo que ha elevado su costo.