Como un cristal que se quiebra al ser impactado con fuerza, así quedó la vida del teólogo barranquillero Alberto Lleras-Noriega, quien con solo 12 años le tocó presenciar cómo 25 de sus familiares murieron en un accidente vial ocurrido el domingo 11 de enero de 1970 en Santa Marta.
Un paseo familiar que serviría para que sus tíos y primos que arribaban de Bogotá conocieran el mar, y también para festejar su propio cumpleaños, se convirtió en una tragedia luego de que el bus en que viajaban fuer arollado por el tren Expreso El Sol, en el sector de Mamatoco, en Santa Marta.
“El que sería uno de los días más felices de mi infancia pasó a ser una pesadilla. De las 50 personas que viajábamos en el bus murieron 35, 25 de ellas eran mis familiares más cercanos, entre ellos mi papá y mi hermana.
“Yo quedé inconsciente y lo que pude ver fue muchos charcos de sangre, y como parte de mi fémur sobresalía de la carne”, rememora con voz suave y pausada el hombre que ahora tiene 61 años.
“Eran las 12:15 del mediodía, íbamos escuchando Caracolito de Nelson y sus estrellas, hacíamos el coro: ‘Caracolito del río/caracolito del mar/anda y dile al amor mío que canto por no llorar...’ De repente sentimos el tropezón, todos salimos volando. Yo veía todo azul, mucho humo y todo en silencio, supuse lo peor y lamentablemente así ocurrió”, precisó.
Ese duro golpe que a cualquiera hubiese devastado y jamás quisiera recordar, se convirtió en el punto de partida para que luego de 49 años, Alberto haya escrito el libro El hombre que derrotó al destino. En 187 páginas y 13 capítulos plasma el accidente que le permitió protagonizar una historia de superación personal en la que contra todos los pronósticos logró salir a flote.
“Creo que muchos quedarían locos, otros hasta hubiesen preferido la muerte, pero perder a 25 familiares en ese accidente me ayudó a forjar mi carácter y afrontar la vida con mayor compromiso. Este hecho fue tan impactante que mi abuela, que no viajó, al enterarse de todo le dio un infarto fulminante”, recuerda mientras sube la mirada hacía el techo como buscando explicación a lo ocurrido.
‘NO ME VICTIMIZO’
Algo que deja claro Alberto es que no quiere despertar pesares entre quienes conocen su historia, por eso su obra decidió narrarla en tercera persona. “Tengo un mensaje categórico, no me victimizo, este es un libro que permite hacer una relectura de la vida para ser mejores personas, quiero que los lectores se reinventen y afronten la vida con una mejor actitud”, dijo durante su visita a la redacción de
AL DÍA
este docente que ha trabajado en prestigiosas instituciones como el colegio Karl Parrish en Barranquilla y el Liceo Moderno de Bogotá.
Contó además que su familia quedó desorientada, y que hubo un mal uso de la herencia. “Me tocó irme a vivir a la calle, afortunadamente no caí en la tentación de las drogas y por el contrario me hice fuerte, estudié y trabajé hasta graduarme y ser docente. Derroté las adversidades que me caían en grandes cantidades”, dice el padre de tres hijos.
El prólogo del libro lo escribió el reconocido periodista Juan Gossaín, quien, en aquel día fatídico, esperaba en Bogotá la llegada de ese mismo tren desde Santa Marta. “El sentimiento que ha inundado mi corazón, mientras paso y repaso los papeles originales de este libro, es el de la victoria del ser humano sobre la adversidad”, señala Gossaín.
El lanzamiento del texto publicado por Collage Editores se cumplirá mañana a las 7:30 p.m. en Combarranquilla sede Country, con entrada libre.