Hace una década el periodista y escritor barranquillero John Better Armella marcó un hito en la literatura costeña al lanzar el libro Locas de felicidad, primer texto que ahondó en la comunidad LGBTI.
En la obra que fue publicada por la editorial La iguana ciega, Better reúne sus audaces crónicas de travestis para hacer un recorrido certero por la vida de los miembros de esta comunidad acechada por el fantasma siempre cercano del sida. También abordó su infancia en desoladas barriadas y la apoteosis de su irresistible ascenso fundamentado en lentejuelas, silicona, trapos, drogas, pelucas y los vericuetos pérfidos de la noche.
El reciente ganador del Premio Nacional de Cuentos ‘Jorge Gaitán Durán’ con el libro 16 atmósferas enrarecidas que está en la fase de impresión y saldrá publicado el próximo mes, realizará hoy el relanzamiento de Locas de felicidad a las 6:00 p.m. en la Casa Cultura El Bordillo (Calle 66 No 59-10), donde lo acompañarán varios artistas y académicos.
De igual manera anunció que una editorial canadiense hará una versión ampliada del libro y que la Universidad de Pittsburgh lo pidió para su colección de literatura Latinoamericana.
John Better habló con AL DÍA sobre la manera en que celebra esta fecha y también analizó la manera en que los miembros de la comunidad LGBTI luchan por ser aceptados por la sociedad.
¿Con qué objetivo escribió Locas de felicidad, siente que luego de una década lo cumplió?
En ese momento no era consciente de lo que hacía, Locas de felicidad es a Better lo que Ciudad de pobres corazones es al músico argentino, Fito Páez. Para mí es un libro maldito en su naturaleza; no solo por narrar mi tragedia adolescente en una ciudad despiadada, no tener que comer, dormir en un parque tres días, entre otros asuntos que no vale la pena recordar -sino por contar sin ambages- la historia ‘marica’ de una ciudad tan machista como Barranquilla. Al escribir no tengo objetivos, dejemos eso a los autores de superación personal.
¿Cómo considera estaba el tema de la homofobía antes de lanzar su libro y cómo está ahora?
El tema de la homofobia es y será, especialmente en Colombia somos fanáticos de los odios; desde lo político, religioso y social. Quiero pensar que las cosas han cambiado, quiero creer que aquel niño que fui en el colegio ya no recibe puños y patadas de sus compañeros por su sexualidad, pero, abres los diarios y ves al gay asesinado, a la trans excluida, etc. Quizás algunas cosas cambian para mal.
Algunas de las historias que contó estaban ligadas al sida ¿algunos de los protagonistas de su libro han fallecido o sigue luchando contra esta enfermedad?
El libro es un cementerio personal, al poco tiempo de lanzado murieron varios amigos, protagonistas de mis historias. Fue un trauma, justo antes de esta entrevista hablaba con Albie Birmann, el director de teatro sobre esa fatalidad, pero hay cosas peores que el Sida para nuestra comunidad, vivir en Colombia por ejemplo.
¿Considera que la costa Caribe es un territorio homofóbico?
La costa es ‘homofobierótica’, por un lado la marica, el gay, como quieran llamarlo, es ridiculizado, agredido, maltratado. Los machitos en las esquinas de la city son protagonistas de esto, rechiflan al gay y se burlan de él, pero en el anonimato ceden al deseo, desahogan su frustraciones con otro hombre igual a ellos; somos como un espejo, un reflejo de lo que nunca se atrevieron a ser.
¿Cuál es la principal reflexión que plasmó en su libro?
Ninguna. La reflexión se la dejo a los lectores. Son ellos los que deben sacar sus propias conclusiones.
¿Qué le falta por contar y explorar a fondo en la comunidad LGBTI?
Creo que en el país LGBTI siempre habrá cosas por contar, el asunto es que nos hemos convertido en eso que tanto odiamos y señalamos.
¿Cómo será la celebración de esta década de su obra?
Es este miércoles desde las seis de la tarde en la Casa Cultura El Bordillo, con un show en el que participarán La Loba, ícono del movimiento travesti del Caribe, un performance de Albie Birmann sobre mi obra y la del gran Pedro Lemebel. Tendré también una charla amena con los catedráticos, Danny González y Juliana Enciso, y una sentida introducción del poeta Benjamín Méndez. Es una propuesta muy variada a la que espero nos acompañen todos.
¿En qué otros proyectos está trabajando?
Dentro de poco sacaré mi libro de relatos 16 atmósferas enrarecidas, un texto que ganó este año el Premio Nacional de Relatos ‘Jorge Gaitán Durán’; y en septiembre sale Limbo, mi nueva novela para editorial Planeta.