‘La Gota Fría’, la historia de la piqueria más larga de la historia
El artista samario Carlos Vives, no podría interpretar ‘La gota fría’ por los líos jurídicos que se están presentando por los derechos de autor, hecho que ha sido noticia en las últimas semanas.
La rivalidad musical entre Emiliano Zuleta Baquero y Lorenzo Miguel Morales, dos grandes exponentes del folclor vallenato,nació en 1938 en la pequeña población de Guacoche, al norte de Valledupar.
Allí se conocieron los juglares, en medio de una parranda, donde Morales era el centro de atención animando la fiesta con su acordeón ‘tornillo e’ máquina’, hasta que llegó Zuleta, quien pidió prestado el instrumento e interpretó dos canciones con gran aceptación manifiesta de los asistentes, lo que causó molestia a Lorenzo.
Julio Oñate Martínez, compositor y estudioso del folclor, relató a AL DÍA que “cuando Emiliano terminó de tocar le dieron el primer trago a él, se estilaba en la época que cuando había una parranda en la provincia, el primer trago era para el acordeonero, segundo para el cajero y tercero para el guacharaquero, así estuviera el más rico del pueblo o el Alcalde, era a los músicos en ese orden a quienes se les brindaba el primer trago.Entonces, Morales se disgustó porque él era el dueño de la parranda; le quitó el acordeón a Emiliano y lo botó; Zuleta se fue disgustado y empezó la cosa”, relató. “En adelante, cada vez que Emiliano parrandeaba en su región siempre improvisaba versos hirientes contra Morales. Los viajeros que los escuchaban se encargaban de contárselo a Lorenzo Miguel, quien de igual forma, le enviaba con los ‘lleva y trae’, versos de alto calibre”, afirmó.
Señaló que “en cualquier momento Lorenzo llega a Urumita a hacer unas diligencias personales, allí estaba parrandeando Emiliano, por lo que se volvieron a encontrar en la noche y comoZuleta estaba borracho, Morales lo volvió fleco; a Emiliano lo acostaron”.
“Morales al día siguiente se levantó temprano, como lo tenía planeado y se fue. Así nació La gota fría, la célebre canción de Emiliano Zuleta que tomó importancia mundial con la interpretación de Carlos Vives”, sostuvo Oñate.
“Acordate Moralito de aquel día que estuviste en Urumita y no quisiste hacer parada; te fuiste de mañanita, sería de la misma rabia”, reza la introducción de esta inmortal canción.
Julio Oñate rememoró que el suceso dio origen a la piquería más larga de la historia del vallenato, eso duró unos nueve años, la gente llevaba y traía los mensajes cantados de los dos juglares tirándose pullas, alimentando la rivalidad.
“Por lo menos hay 20 canciones que le dedicó Morales a Emiliano y 20 que Emiliano le dedicó a Morales, siendo La gota fría la de mayor trascendencia”. Después se hicieron amigos y se autoproclamaron compadres.
Recordemos este reencuentro narrado por Ernesto McCausland:
LA VERSIÓN DE EMILIANO
Tal como relata Julio Oñate, el mismo Viejo Mile, como se le conocía a este juglar que falleció a los 93 años en 2005, contó en una de las entrevistas que “yo en las parrandas desde que me inicié era muy voluntarioso, porque a mí me gustaba mucho el traguito y la única forma de ganármelo era tocando o haciendo cualquier cosa que diera mérito. Así aprendí a tocar guacharaca, caja, bombo y redoblante. Pero después, de brinco en brinco, yo fui haciendo mis pinitos para tocar el acordeón”.
“Esto hizo que un grupo de amigos de El Plan, un caserío de La Guajira, hiciera una colecta para juntar la plata para mi primer acordeón. Me dieron once pesos y me mandaron con dos amigos a Valledupar para que comprara un tornillo é máquina que había llegado a la tienda de Jacobo Lúquez. Como la carretera era mala nos tocó salir por la Jagua y atravesar por la región de Las Raíces, Martín Ramo, Guacochito y Guacoche, pasando por este último, escuchamos una parranda; le dije a los compañeros, vamos a arrimar que me ha llamado la atención”, relató. “Y llegamos hasta allá. Estaba tocando Lorenzo Morales en un acordeón nuevecito; yo me paré ahí con los compañeros de travesía, pero como nadie me conocía, me entró una inconformidad. Claro que yo me venía tomando unos traguitos y estaba que me tocaba, pero me daba pena, repito, porque no conocía a nadie y no quería ser un vanidoso presentándome yo mismo. De tal manera que no me quedó otro remedio que acercarme a uno de los dueños de la parranda y le dije: ‘Oiga, yo también toco mis cositas en el acordeón y me gustaría tocar’”, indicó.
“Se cumplieron mis deseos, conseguí con ese señor que Lorenzo Morales me prestara su acordeón y comencé a tocar y toqué dos piezas; eso sí, bien tocadas. Le eché uno que otro verso a Moralito. Después que callé el instrumento vino lo bueno. Cuando terminé, se creía que el primer trago era para Lorenzo, por ser el dueño del acordeón, pero me lo dieron a mí. Eso llenó de celos a Morales y ahí nació nuestra contienda de versos”.
MORALES EN URUMITA
Lorenzo Miguel Morales, el otro protagonista de la historia, también hizo en varias oportunidades su relato. Moralito, como era conocido el músico por su baja estatura, murió a los 97 años, en 2011, en Valledupar. Contó en una ocasión que “un día fui a hacer una diligencia a Urumita, donde una señora llamada Beba Bello.
Cuando la gente se dio cuenta de mi llegada inmediatamente le participaron a Emiliano y se fue formando una parranda, cosa que yo nunca la pensé, porque no fui en son de música”.“Al fin, como a las 7 de la noche Emiliano se fue y me dejó el acordeón, yo seguí parrandeando con los amigos y un poco tarde me acosté con el fin de viajar temprano, como en esa época no había carros, uno aprovechaba las horas de la mañana para viajar. Ese fue el motivo para mi contendor hacer la composición La gota fría”, dijo.
“Emiliano dice que pasó un día por Guacoche y que no le había prestado mi acordeón, por eso es que yo le digo embustero, porque jamás le he negado mi acordeón a un compañero de música”, relató.
“…Yo tengo un recao grosero para Lorenzo Miguel él me trató de embustero y más embustero es él…”
“En Urumita nos volvimos a encontrar en una fiesta de la Virgen de Chiquinquirá, donde tuvimos una gran fiesta con los músicos de Villanueva. Ahí se encontraba Chico Bolaño, un gran acordeonero, y él dijo que ya era bueno, que se acabara esa piquería, que ellos nos reconocían como dos músicos iguales. Nosotros, no hemos tenido ninguna clase de violencia, y vivimos como amigos y compadres”, puntualizó Morales en una entrevista, contando el fin de la famosa piquería que se marcó con La gota fría que este 2018 cumple 80 años, y que esta semana que terminó volvió a ser noticia, luego que se conociera un lío jurídico por los derechos de la canción entre una empresa editora y los herederos de Los Zuleta, lo que habría llevado a Carlos Vives a no seguir interpretando el éxito que grabó en Los clásicos de la provincia y que le dio la vuelta al mundo.