¿Qué Pasa?

La bonita nota de ‘Colacho’ se niega a silenciarse

El recuerdo del Primer Rey de Reyes sigue perenne y las notas de su acordeón sonando por todas partes acompañadas de las voces de Jorge Oñate, Diomedes Díaz, Poncho Zuleta e Ivo Luis Díaz, entre otros.

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La mañana del primero de mayo de 2013 fue muy diferente para Wilber Nicolás Mendoza Zuleta. La noche anterior había alcanzado la anhelada corona de Rey Vallenato, y estaba cumpliendo un mandato del corazón.

Embargado por una mezcla de alegría y tristeza estuvo en Jardines del Ecce Homo de Valledupar visitando la tumba de su padre Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza Daza, y de su madre, Fanny Lourdes Zuleta Fernández, a quienes dedicó el triunfo con el amor que le nacía de lo más profundo de su alma.

Acompañado del cajero Aníbal Alfaro Simanca, y el guacharaquero Wilman Jaimes Barbosa, interpretó frente a la tumba de sus viejos la canción que más les gustaba: La vieja Sara, del maestro Rafael Escalona.

Los recuerdos de ese momento glorioso en su vida los mantiene intactos, y señala: “A ellos les dediqué ese triunfo que anhelaban y era la extensión de su legado. Esa mañana les dediqué la canción que les gustaba. Cuando mi padre la interpretaba, mi madre lloraba”, recuerda Wilber con la nostalgia dibujada en el rostro.

Tengo que hacerle a la vieja Sara/una visita que le ofrecí/pa’ que no diga de mí/que yo la tengo olvidada”.

Sus padres jugaron un papel fundamental en la vida del único hijo del matrimonio. Esos seres que no solamente le dieron la vida, sino que lo guiaron por el buen camino y le brindaron las primeras clases de ese folclor que escuchó antes de tomar tetero.

Recuerdo intacto

Sentado en una mecedora, y sin permitir que las añoranzas pudieran huir a través de las notas del acordeón que tenía en el pecho, viajó en el tiempo y se encontró con aquel momento de la partida de su papá.

Miró al cielo, meditó un instante e hizo énfasis en el epitafio que se encuentra en su tumba: “Colacho, eres y serás, en cualquier dimensión perennemente grande”. Se persignó, y acto seguido, varias lágrimas recorrieron sus mejillas.

Entonces, sin pensarlo mucho, pronunció unas palabras que nunca se cansa de repetir: “Dios, dame la fortaleza, la virtud y el talento justo para ser grande como mi padre, quien me marcó el camino a seguir en el folclor vallenato, ese donde ahora soy su representante”.

Después, cambiando de tema, pero encausado por la misma línea, habló de las grandes gestas musicales de su padre. “Mi papá, cumplió todos sus sueños y nunca claudicó en su amor al folclor. Él, fue Rey Vallenato en 1969, primer Rey de Reyes en 1987 del Festival de la Leyenda Vallenata y grabó con Diomedes Díaz, Poncho Zuleta, Jorge Oñate, Silvio Brito, Pedro García, Carlos Lleras Araújo, Isaac Carrillo, Julio Bovea, Ivo Díaz, incluso, con Guayacán en 1995, orquesta salsera con la que grabó el mosaico Guayacán Vallenato, incluido en la producción musical Como en un baile, contenía las canciones El mejoral, El chevrolito y La caja negra”.

Sobre este hecho histórico el maestro Alexis Lozano, director de Guayacán, quien le extendió la invitación, dijo que “Para facilitar todo, preparé una pista musical con el sentido del vallenato, y le implementé después el concepto salsero, de tal modo que el maestro ‘Colacho’ se sintiera en casa, como en una parranda. Esos fueron trucos míos como productor”.

La de ‘Colacho’ Mendoza fue una carrera musical esplendida, donde las notas de su acordeón fueron vitales para la creación en 1967 del departamento del Cesar; y recibió homenajes en todos los niveles, comenzando por el Festival de la Leyenda Vallenata en 2004, y en mayo de este año en Nuevo León (México).

De igual manera, también recibió un homenaje musical que estuvo a cargo del cantante Iván Villazón titulado El Rey del Valle (2016), grabado junto a Wilber.

Señor ‘Colacho’ Mendoza

Nicolás Elías, el hijo de Andrés Mendoza y Juana Daza, quien naciera el 15 de abril de 1936 en la vereda Sabanas de Manuela, comprensión de San Juan del Cesar (La Guajira), recibió en vida el más grande homenaje por parte del cantautor Ivo Luis Díaz, quien estuvo a su lado durante 12 años.

“El gran ‘Colacho’, fue mi compañero musical, un amigo como no hay dos. Un hombre con unos valores impresionantes, un músico de una valía incuestionable. ‘Colacho’ era como mi padre”, expresa Ivo Luis Díaz.

…Y sin parar continuó con el recuerdo a cuestas. “Conocí a ‘Colacho’ Mendoza cuando tenía siete años, porque iba a la casa de mi papá en San Diego, y se organizaban unas parrandas memorables. Siempre tuve la imagen del señor que tenía sombrero fino y una nota musical que cautivaba”.

Contó que al acompañar a su padre Leandro Díaz a distintas parrandas, muchas veces coincidía con ‘Colacho’ y siempre cantaba, hasta que en 1992 llegó la oportunidad de grabar el trabajo musical Maestría de triunfadores.

En total, esta pareja grabó 10 producciones musicales. “Estuvimos 14 años unidos y solamente nos separó su muerte, esa que no avisa y siempre trunca todos los sueños”.

Al acumular todas esas vivencias, el cantautor Ivo Díaz había pensado en hacerle una canción a su compañero, y la oportunidad le llegó en 1994. Fue en una parranda donde le rindió el mejor homenaje en vida y ante pocas personas.

“No sabía cómo presentar la canción porque el acordeonero era ‘Colacho’. Le dije al dueño de la parranda que tenía una nueva canción, y me dijo que la cantara. No había otra opción. Solamente a ‘Colacho’ le chiflé la melodía”. Entonces, comenzó a tocar su acordeón, y de repente, se sorprendió con el mensaje.

“Señor ‘Colacho’ Mendoza/el acordeonero más noble del Valle/hoy quisiera dedicarle/los versos sentidos de esta inspiración”.

…Y seguidamente, en medio del canto Ivo Luis Díaz hace varias preguntas que él mismo se responde: “¿Cómo se llama el que toca?/‘Colacho’/¿Ese que quiere la gente?/‘Colacho’/¿El de la bonita nota?/‘Colacho’/¿Ese amigo inteligente?/‘Colacho’”.

El cantor de vallenato auténtico narró entre lágrimas la reacción de ‘Colacho’ por ese homenaje musical inesperado. “Esa fue una expresión de asombro. Fijó su mirada en mí. Estaba llorando al escuchar la manera como lo estaba describiendo. Cuando terminó la canción se puso de pie y me regaló un abrazo de agradecimiento. Seguidamente se sentó y me pidió que la volviera a cantar. Durante la parranda la canción se repitió más de diez veces, y ‘Colacho’ siempre estuvo emocionado”. Fue tanta la acogida de la canción que meses después se grabó y quedó como el más grande homenaje cantado.

Ivo Luis regresa para recordar nuevamente al hombre de pocas palabras, pero que hablaba con su acordeón. “En todas las presentaciones se cantaba, y se convirtió en el más sentido homenaje al amigo, al acordeonero, ese del que aprendí la disciplina, la formalidad y la puntualidad. El mismo al que dibujo fielmente en la canción. El hombre de la magia, el maestro que dejó su propia escuela encabezada por su hijo, el Rey Vallenato Wilber Mendoza”.

Ese que es un buen amigo/ya él era famoso/yo estaba muchacho/ese de sombrero fino/de acordeón al pecho/se llama ‘Colacho’.

Dice Ricardo Gutiérrez/que los acordeones/desean tu presencia/que son como las mujeres/cuando aman al hombre/lloran por su ausencia.

La vida se le apagó a Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza Daza a las 11:20 de la mañana del sábado, 27 de septiembre de 2003, pero quedaron en el ambiente vallenato las más bonitas notas que no han dejado de sonar.

De igual manera, las historias como la de aquel primer acordeón que le regaló en sus inicios su mejor amigo, Darío Pavajeau Molina, y las parrandas inolvidables en la casa grande de Hernando Molina Céspedes.