¿Qué Pasa?

KILLART vuelve para seguirle cambiando la cara a Barranquilla

El Par Vial de la carrera 50 ahora tiene una cara más colorida.

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El rostro de “Rami” un habitante de calle reconocido en Barrio Aba­jo, sirvió de inspiración para que el artista francés Hopare, uno de los invitados a la tercera edición del Festival KillArt, le pusiera color e imagen a una de las 17 paredes que son intervenidas este año a lo largo del Par Vial de la Carrera 50.

El grafitero europeo explicó que con­trario al resto de participantes, que ya traen establecido un boceto de lo que plasmaran en los “lienzos de cemento”, él generalmente decide romper esquemas y dibujar con base a lo que encuen­tre en el entorno de la ciudad donde llega. “Me llamó la atención el rostro de este hombre que estaba medio dor­mido, así que saqué mi tableta y le hice una fotografía, la cual ahora estoy dibu­jando sobre esta enorme pared”, explicó a AL DÍA el parisino a través del traduc­tor Harrison Rojas.

Más allá de tomarle una foto para re­gistrarlo, Hopare afirma que la humildad y necesidad de este hombre de la tercera edad le tocó la fibra, al punto que decidió conocerlo y regalarle algo de comer.

“Sentí el deber de hacer algo por él, y con mi arte sé que lo haré mucho más visible hacía la sociedad. Sé que acá es­to es una problemática muy grande y si la mostramos a gran escala, de seguro que captaremos la atención de las per­sonas de buen corazón, dijo el joven de 27 años.

El talento de este francés se ha pasea­do por diferentes países, entre estos: Chi­na, Estados Unidos, Canadá, España, Alemania, Por­tugal, exten­diéndose por toda Europa.“Es la prime­ra vez que estoy en Sudamérica, estuve pintando en Armenia y ahora en Barran­quilla. Esta ha sido una experiencia muy positiva”, explicó el artista urbano.

La especialidad de Hopare son los ros­tros, basta con entrar a su perfil en Fa­cebook y observar los cientos de murales en los que ha retratado niños, mujeres y hombres.

Sin embargo, en esta ocasión decidió no solo darle relevancia al ros­tro de “Rami”, sino tam­bién a su cuerpo y entorno. Tenía que mostrarlo en medio de su drama diario para que todos comprendiéramos que personas como él necesitan una mano, porque no todo el que habita en la calle es malo, muchos de ellos tienen hasta es­tudios profesionales, esto simplemente es un drama que le puede ocurrir a cual­quiera de nuestros familiares”, concluyó.

LAS CARRETILLAS DE ROBERTO BARRAZA

Uno de los artistas locales que defien­de la plaza es Roberto Barraza, habitante del Barrio Abajo, quien hace cinco años se dedica a lanzar sus mejores trazos so­bre las paredes. Esta vez trabaja en la carrera 50 con calle 45, cambiándole la cara a un muro que mide 23 metros de largo por 3 metros de alto. Sobre un fon­do azul, este egresado de Bellas Artes rinde homenaje a los carretilleros de su barrio.

“Trato de dignificar la labor que ellos ejercen, el arte es una herra­mienta de transformación social y por eso le estoy metiendo todo el empeño a este mural que debo entregar el sá­bado”, dijo.

Desde el pasado lunes las jornadas de trabajo de Barraza inician a las 3:00 p.m. y concluyen sobre la 1:00 a.m. Sin embargo, intensificará su labor con seis horas más para poder cumplir el objetivo.

Empuñando una lata de ae­rosol color marrón, este hombre de 31 años delinea dos de las carretillas de su mural y explica por qué le agregó varios perros. “Me inspiré en un se­ñor que una vez termina sus labores transportando arena en una carretilla, utiliza su medio de trabajo para sacar a pasear a sus perritos”.

Este espacio que empieza a ser visitado por personas para tomarse fotografías, será entrega­do este sábado, cambiándole así la cara a un sector que históricamente estuvo en blanco y negro.