"Y qué pasó con el periódico?” Son las 11 de la mañana de cualquier día y aún no aparece el diario impreso. “¿No ha venido Pereira?”. Inicia la tarde y, como si se tratara de una emergencia vital, Alba Jiménez Cantillo sale de su casa en Campo Alegre en busca del informativo para su padre.
“Cuando ve que no le han traído el periódico pregunta por qué razón no lo tiene, si corre el tiempo y sigue sin tener respuesta, simplemente se pasa la mano por la cabeza y ahí vienen los problemas”,explica Alba mientras ríe.
La mujer hace referencia al hábito de su padre, Miguel Ángel Jiménez Pedriquez, de 98 años, asiduo lector de AL DÍA. “¡Uff f!, son un poco de años leyendo AL DÍA, creo que perdí la cuenta”, comenta Miguel. “Mijo, desde que salió el periódico lo estás comprando”, le recuerda Minga Cantillo, de 97 años, su esposa hace siete décadas.
‘LA LECTURA ELEVA AL HOMBRE’
Desde que tiene uso de razón Miguel Ángel recuerda haber estado ligado a la lectura por diversos motivos.
“Cursé hasta primero de bachillerato en el Colegio de Barranquilla, pero a pesar de eso me retiré con arraigo a los libros, era una fi losofía institucional”, evoca quien fuera alumno del poeta Miguel Rash Isla. “Este profesor nos inculcó la lectura como alimento para el intelecto”, agregó.
Miche también saca tiempo para llenar sopas de letras y resolver crucigramas | Johnny Olivares
Conforme pasaron los años, su adolescencia y juventud, Miguel hizo más fuerte la afinidad con las letras, incluyendo matices políticos a lo que venía leyendo.
“Siendo adulto leía bastante sobre política y mi medio preferido era EL HERALDO, por su corte liberal”, recalcó. .
Ese amor literario nunca cambió para Jiménez, llegaron los hijos (11), nietos (34), bisnietos (52) y tataranietos (7), siempre su hábito como lector trascendió en el tiempo.
“Lo que caiga en mis manos lo leo. Un volante de promoción, una esquela, periódico o libro, lo que sea lo leo, porque eso te da conocimiento y con ello el hombre se eleva”, dice Miguel, orgulloso de una vista a la que le basta un par de lentes de aumento para hacer su trabajo.
Y tras tanto leer a poetas como Julio Flórez, colecciones de fauna y flora, historia de Colombia, entre otras incontables referencias, Miche llegó a las líneas populares de AL DÍA.
"SIEMPRE ESTOY AL DÍA"
“Cuando salió AL DÍA lo primero que me llamó la atención fue el precio, eran tiempos complicados y tocaba ahorrar”, argumentó Jiménez.
Juan Pereira es el nombre del voceador que lleva 10 años vendiéndole a Miche cada edición de AL DÍA. “Si el señor Pereira no viene, el corre-corre me toca a mí. Como sea toca ponerle el periódico en las manos”, resaltó Alba, quien reside con sus padres en la calle 84B No. 41B-50, barrio Campo Alegre.
“Las noticias de AL DÍA son claras, muestran la verdad como es. No es solo la parte judicial, es más que eso, contenido profesional en otras áreas”, agregó Miguel.
De 6 a 9 de la mañana es el horario promedio en el que Jiménez acostumbra a leer el periódico. “Si no es así me siento mal, es como si me faltara el tinto”, bromeó. “Comienzo con crónica roja y continúo, página por página”. Miguel espera que su gusto por las letras trascienda en las futuras generaciones de su familia, como ha ocurrido hasta ahora.
“Alba (educadora normalista, pensionada) es la que más se parece a mí en cuanto al cariño por la lectura. También tengo un bisnieto que estudia literatura, es Alberto Mario Márquez, ganador de varios concursos literarios”, señaló Miguel.
UN POCO MÁS DE MICHE
A dos calendarios de un siglo de vida, a Miche lo describen sus familiares como amante de los buenos boleros, entregado al amor de su esposa, Minga, “y juniorista hasta más no poder”. La vida laboral de Miguel Jiménez se dividió en dos, una época como miembro de la Policía Rural del Atlántico, y otra como tendero, cerca de 40 años, inicialmente en el barrio Libertad (del cual es cofundador) y luego en el municipio Usiacurí.
“Es de los hombres que no le pone reparos a la comida, come de todo. También se le mide a la cocina, aún tiene cómo hacer un paté de hígado y ensalada de ñame”, dijo su yerno, Wilfrido Rolong. “Tener a mi familia cerca y algo entretenido para leer, eso es lo que me hace feliz”, finalizó Miche, con el ejemplar de AL DÍA en las manos.