Nos unimos a los festejos de los 70 años del cantautor panameño Rubén Blades que se celebranhoy. Ícono de la música latinoamericana, estuvo en el centro de la revolución salsera de los años 70 con sus letras cargadas de temática social y ritmo explosivo.
Con estos componentes llevó la Salsa a una audiencia intelectual internacional. Blades nació en la Ciudad de Panamá el 16 de julio de 1948. Su portentosa obra musical ha sido galardonada con 17 Grammys, ha actuado en Hollywood, se recibió como Abogado en Harvard, y fue candidato para la presidencia de su país natal, Panamá.
Yo no me llamo Rubén Blades es un documental realizado por el cineasta Abner Benaim, que nos lleva a un viaje por los 50 años de carrera artística de Rubén Blades y revela que el músico aún tiene ambiciones, tanto musicales como políticas.
Un filme sobre una leyenda viva y su lucha para enfrentarse a su propio legado. Rubén Blades no clasifica en el estereotipo del cantante de salsa, aunque muchas de sus composiciones hacen parte del legado salsero a la música popular.
Con las composiciones de Blades la salsa entró a los predios universitarios. Debemos destacar que las canciones de Rubén tienen el mérito de estructurar mensajes a la manera de cuentos tradicionales, en donde de manera maravillosa se sintetiza toda una problemática social.
Las canciones de Blades despertaron el interés de los escritores latinoamericanos entre otros de Gabriel García Márquez y el cubano Guillermo Cabrera Infante, quien en su tono humorístico describió al artista panameño así: “Rubén Blades está a medio camino entre la música popular, la tonada folclórica y la canción protesta, senderos que se trifulcan”.
Admiradores y detractores reconocen que Rubén Blades popularizó la canción social en la salsa. Podríamos decir que con Blades la salsa dejó de ser música de la marginalía, ampliando su radio de acción social y se ratificó como elemento de identificación cultural para los hispanoamericanos, sobre todo en Estados Unidos.
Compartimos la afirmación de Sergio Santana cuando dice que “Blades es un cronista musical urbano, un esquinero ilustrado, más que un cantante político”. Los salseros veteranos recordamos que el jueves 19 de julio 1979 en la Caseta La Saporrita, los barranquilleros tuvimos la oportunidad de ver en una noche lluviosa a Rubén Blades y Willie Colón, y gritar a todo pulmón: “Nicaragua sin Somoza”, para esos días acababa de caer el tirano nicaragüense, Anastacio Somoza.
Luego Blades volvió a Barranquilla en agosto de 1980 formando parte de la nómina de la Fania All Stars que se presentó en el estadio Romelio Martínez. En noviembre de 1992 Rubén Blades y su Son del Solar se presentaron en el Estadio Metropolitano de Barranquilla en un súper concierto junto a Oscar D’León, Albita Rodríguez y otros grupos. Volvió en febrero de 2010 y actuó en el Hotel del Prado, la última vez fue en los Carnavales de 2015 en el Festival de Orquestas.
En los últimos años Blades ha sido generoso participando como invita do en multitud de proyectos como en el álbum de homenaje a Ray Heredia del grupo gitano Ketama, en este disco hace dúo con Aurora Losada. Igualmente la cantaora española Rosana invitó a Blades para grabar una nueva versión de su éxito El talismán.
Acompañó al acordeonista y cantante colombiano Gregorio Uribe en Cumbia Universal, participó con Calle 13 en la grabación de La perla, se unió a los colombianos de Herencia de Timbiquí en el tema Qué será.
Ha apadrinado a jóvenes artistas como el chileno Pablo Alarcón, al contrabajista neoyorquino Carlos Henríquez. También ha grabado con los cubanos Pedrito Martínez y Alain Pérez. En muchas entrevistas Blades ha señalado que su mayor defecto es la impaciencia y que la clave de su carrera es la sinceridad, afirmando que no le interesa la fama, ni la popularidad.