Hablar del compositor panameño Omar Alfanno es ligarlo inmediatamente a reconocidas leyendas de la salsa como Willie Colón, Gilberto Santa Rosa, Marc Anthony, Víctor Manuelle, Jerry Rivera, entre otros; que se apoyaron en varias de sus obras para fortalecer sus carreras.
De 61 años y oriundo de la provincia de Veraguas, en el país istmeño, Alfanno es considerado uno de los precursores de la Salsa Romántica. Sus canciones las definen como crónicas sociales con letras poéticas, e historias de amor que dignifican la imagen de la mujer.
Como muchos de sus compatriotas tiene una marcada influencia colombiana. Su abuelo materno (Jacinto Velásquez Riascos) nació en Cali y se radicó en Panamá, donde se dedicó a alfabetizar.
“Me siento colombiano también, le he dado canciones a Shakira, Andrés Cepeda y Fonseca, por mis venas corre sangre amarilla, azul y roja también”, dijo en diálogo telefónico con AL DÍA desde su tierra natal. Nos contó también sobre clásicos suyos como El gran varón, que lanzó Willie Colón en 1989 en el álbum Top Secrets (Altos secretos), y también de la influencia que recibió del fallecido Tite Curet Alonso.
P. ¿Cómo nace su romance con la música?
R. Desde joven me regalaron una guitarra que me ponía a tocar en las esquinas buscando sacar las canciones de moda.Así fui desarrollando mi oído hasta convertirme en compositor. En 1977 partí a México a estudiar odontología, más por cumplirle a mi familia que a mí mismo; y en 1982 me gradué como cirujano dentista. Ese año me tocó tomar la decisión más difícil de mi existencia, tomar el incierto camino de la música o montar una clínica dental. Afortunadamente no me equivoqué, y he podido triunfar a nivel musical ya que mis canciones me las han grabado grandes artistas y lo más importante, han logrado enamorar a muchas personas.
P. Háblenos de su primera salsa El gran varón, ¿cómo llega ese tema a Willie Colón?
R. Creo que El gran varónera primo de Pedro Navaja, porque no hay esquina de barriada dónde no conozcan a estos dos personajes que quedaron en la historia, el primero por homosexual y el segundo por maleante. En Veracruz (México) tenía mi grupo Omar Alfanno y Los Sembradores del Sur, una vez nos presentarnos en el DF para alternar con Willie Colón, y muchos de mis músicos llegaron sin instrumentos. Así era imposible cantar y ya era hora del show, no tuve más remedio que pedirle el favor al mánager de Willie Colón (Juan Toro), que nos prestará sus instrumentos porque me iban a demandar si no salíamos, y él nos sacó de ese apuro.
Fui a darle las gracias en el camerino y ahí estaba Willie, me lo presentó, y cuando iba saliendo una voz interior me dijo: “Devuélvete y cántale El gran varón”, y eso hice. Él quedó impactado por la letra al punto que me citó al día siguiente al hotel donde se estaba hospedando para grabármela, pero yo no fui a la cita, me llené de miedo.Sin embargo, el mánager me contactó seis meses después en Puerto Rico y viajó a buscar la canción, me regañó y me dijo que le permitiera poner su voz, allí no estuve escapatoria, así que busqué una guitarra se la canté y le encantó mucho más.
P. ¿La historia de El Gran Varón es real?
R. Está basada en una historia verídica de un amigo que estudió conmigo el bachillerato. Después de un tiempo me enteré de su drama. A él le hacían mucho bullying y no había podido salir del closet porque en los 60, 70 declararse gay, era algo que solo hacía un héroe. En Puerto Rico una vez trataron hacer una obra teatral llamada ‘El gran varón’, y la gente hizo varios disparos en los letreros al punto que hubo que suspenderla por miedo a que ocurriera una tragedia. Solo le cambié el nombre para proteger su identidad, eso me lo llevaré a la tumba; Simón es lo único ficticio, del resto es una historia fiel a la realidad.
El tiempo también corresponde a la época, era el verano de 1986, escribí El gran varón mientras mi amigo moría de sida, era el enfermo de la cama 10 y no tenía escapatoria. “En la sala de un hospital/de una extraña enfermedad murió Simón...”, hice esa estrofa porque había que concluir la historia, pero mi compañero de bachillerato aún no había fallecido, estaba recluido en un hospital de Los Ángeles (EE. UU.), en esa ciudad fue donde se sintió libre”.
P. ¿Cuál es la reflexión que deja usted con la letra de El Gran Varón?
En esa canción cuento la vida de Simón, un hombre que no aceptó su realidad y siempre soñó con ser mujer, pero no pudo ser feliz en ninguno de los bandos, porque con solamente 30 años murió infectado por el virus del VIH Sida, solitario en la habitación de un hospital donde nadie lo lloró. Aquí la reflexión también va por parte de aquellos padres que rechazan a sus hijos, creo que el deber de uno es siempre guiarlos y acompañarlos. Al final el padre de mi amigo se muestra arrepentido, pero ya era demasiado tarde, el deber ser lo llamó cuando no había nada que hacer. Este caso, recalco, ocurre en una época en la que la comunidad gay era cruelmente tratada, ni siquiera se conocía el Sida. Por eso la letra dice: ‘De una extraña enfermedad murió Simón’.
P. Sus mayores hits han sido en el género tropical, ¿a qué se debe esto?
R. A que tuvimos la dicha de entrar en un momento de cambio. Eso lo hablé con mi sensei Tite Curet Alonso, de quien me hice muy amigo cuando viví en Puerto Rico, él me decía que yo aportaba otro tipo de melodías y de letras, dándole un viraje a lo romántico. Creo que le di un lugar de privilegio a las mujeres que no eran tomadas en cuenta al momento de hacer temas, todo era “Cheche colé” y “no le pegué a la negra”, es decir la salsa era para los buenos bailarines. En cambio con estas letras le bajamos un poco la revolución y pusimos a los novios a abrazarse en medio de la pista. Allí es donde uno podía regalar un disco de salsa y una flor, dedicar un tema y bailarlo mientras conquistaba.
P. ¿Cómo conoció a Tite Curet Alonso y qué le aprendió?
R. El encuentro fue de película, cuando me lo presentan en la parada 15 de Santurce (Puerto Rico) en 1989, no sabía quién era ese señor. Estaba vestido con un gorro africano y ropa con colores fuertes. Yo le dije ‘maestro me dicen que usted compone’, él me quedó viendo y me respondió que le había dado a Héctor Lavoe Periódico de ayer, a Cheo Feliciano Anacaona; y a Rubén Blades Plantación adentro. Luego me preguntó de dónde era yo, le respondí ‘soy panameño’. Se puso a cantar otras de sus canciones ‘Voy de corazóncantando, pa’ la gente panameña’, de Cheo, y yo me le arrodillé (risas).
Su gran enseñanza es que la inspiración no se puede presionar, él no tocaba instrumentos, la clave la tenía en los dedos, y poseía una gran imaginación. Tite sacaba de la manga un personaje en menos de un minuto, lo comparo mucho con García Márquez.
P. De sus canciones ¿cuál es esa a la que le tiene un aprecio especial?
R. Más que de canciones me gusta hablar de las carreras que he logrado construir a través de mis letras; por ejemplo, a Gilberto Santa Rosa le entregué Conciencia, Vivir sin ella, Sin voluntad, Que alguien me diga. Marc Anthony me grabó Te conozco bien, Llegaste a mí, Nadie como ella, Y hubo alguien, Contra la corriente, Me voy a regalar. Shakira cantó Hips Don’t lie,que tiene esa base de trompetas de otro tema mío Amores como el nuestro de Jerry Rivera, que también le dio voz a Cuenta conmigo, Que hay de malo, Un amor verdadero. La lista es larga y aparece Cheo Feliciano con Me fascina esa mujer, Celia Cruz con Bembelecua, Tony Vega con Aparentemente… Son 400 canciones que han grabado 250 intérpretes, y sigo en esto, acabo de ganarme el Grammycon Fonseca y el tema Vine a buscarte.
P. ¿Usted que ha trabajado con grandes salseros podría hablarnos sobre la personalidad de elllos?
R. Marc Anthony es un guerrero, es una persona que cuando le llevas una canción tienes que ponerla a su altura y por eso siempre le propuse temas viscerales, temas con una necesidad de fuerza interpretativa gigante. Con Gilberto es diferente, él es el sentimiento llevado al romanticismo para que fluyan sus soneos. Luis Enrique siempre brilló con temáticas sociales como Date un chance, dedicada a quienes quieren dejar las drogas. Jerry Rivera era el joven que había que hacerles canciones para enamorar a las niñas. Una vez Jerry comentó en una entrevista que se había casado, y la Sony me pidió que creara un tema para que sus fans sintieran que aún les pertenecía, y fue cuando hice Amores como el nuestro. A Cheo Feliciano le tenía mucho cariño porque me invitó muchas veces a su casa a comer, siempre tenía ese abrazo sincero y por eso me grabó temas como Me fascina esa mujer, Coincidencia, Romántico y Al final de esta canción.