Dramático, así es el testimonio que entregó en exclusiva a AL DÍA el excorista y bailarín estelar del Gran Combo de Puerto Rico, Luis ‘Papo’ Rosario, quien el pasado lunes 18 de marzo estremeció el mundo salsero al anunciar su retiro de la agrupación.
Pocos conocen la dura situación que afrontó Papo durante los últimos 22 años a causa de un tumor en la espalda, el cual por fortuna resultó benigno.
Confesó que fue operado en cinco ocasiones con el propósito de extirpárselo. “Me hicieron tres cirugías en menos de tres meses (agosto, septiembre y octubre), algo bastante fuerte para una persona de 67 años, pero aquí estamos vivos porque Dios así lo ha querido”, dijo desde el municipio de Cidra, centro de Puerto Rico.
Pese a estos duros momentos hay algo que no cambia en él, y es su buen sentido del humor. Entre sus respuestas se le escapa una carcajada. “Aunque la procesión vaya por dentro, siempre estoy bromeando. He sido un tipo alegre, creo que la gente me quiere es por eso y no porque duré 38 años con el Gran Combo”.
El intérprete de El Carbonerito contó detalles de su salud, habló de su paso por la ‘Universidad de la Salsa’, sus planes futuros y reveló detalles de su vida familiar.
¿Cómo se siente físicamente?
Como cuando tenía 17 años y jugaba básquet y beisbol. El problema está en mi pierna izquierda, sacrificaron mucho de ella por dentro para evitar quedar en silla de ruedas que era lo que me esperaba. El doctor me dijo que quedó destrozada por dentro porque se llevaron nervios, cartílagos, músculos y quedó débil. Se ha recuperado mucho porque la tenía prácticamente de adorno, ya puedo caminar aunque he perdido flexibilidad. Esa fue la razón que me llevó a tomar esta dura decisión del retiro. Me duele el alma y el cuerpo, son cinco cirugías que llevo a cuestas, ya no puedo estar en tarimas recorriendo el mundo, pero entiendo que la salud es lo primero.
¿Cuándo comenzó a experimentar los problemas en la espalda y cómo fue eso de afrontar cinco cirugías?
La gente cree que solo fueron las tres últimas cirugías, pero no es así, los dolores en la espalda y las piernas comenzaron en 1997. Tres años más tarde se me paralizaron las piernas y busqué ayuda con un médico quiropráctico; luego me remitió al fisiatra que me recomendó operarme. Estuve seis meses fuera de los escenarios. En 2005 me hacen la segunda operación para tratar de extirparme un tumor que estaba alojado entre las vértebras 5 y 6, pero no se pudo del todo. En 2017 creció de manera desproporcionada, y es cuando vienen las otras tres cirugías en menos de tres meses, pero afortunadamente todo quedó bajo control.
Se conoce del talento de Papo desde su llegada al Gran Combo, pero antes de eso cómo era su vida ¿en qué orquestas participó?
Estoy cantando desde que estaba en la barriga, es que mi papá (Tomás Rosario) y mi mamá (Sara Concepción), se conocieron a través de la música. Mi viejo era guitarrista y mi madre una exquisita bolerista, así que mi talento es familiar. En la escuela intermedia comencé imitando a Tito Rodríguez, luego armamos un grupo en la Escuela Superior Central en Santurce a finales de los 60, que llamamos el Conjunto Alegre; luego estuve en Tentación Latina, con Luisito Ayala, y llegué a la orquesta de Willie Rosario. Posteriormente entré al Gran Combo de Puerto Rico.
¿Y sus dotes de buen bailarín de dónde salen?
Jamás fui a una academia de baile, pero tuve a la mejor profesora que fue mi tía ‘Mamitia’, con quien me la pasaba bailando salsa, guaguancó y hasta música americana, esa me enseñó demasiado.
¿Qué referentes tuvo para convertirse en cantante?
Comencé imitando a Tito Rodríguez, pero digamos que luego fui fuertemente influenciado por Ismael Rivera y por Cheo Feliciano, ese fue el cantante que más me impactó, era el más completo, tremendo bolerista y también logró ser un sonero de calidad con un sabor inigualable, que Dios tenga en su santa gloria a Cheo.
¿Recuerda cómo se dio su llegada al Gran Combo?
Como si fuera hoy, eso fue el 26 de enero de 1980. Se dio gracias a un compañero de trabajo, el bongosero Fico Boitía, que pasó al Gran Combo y le dijo a Rafael Ithier que conocía a alguien que bailaba muy bien y tenía buena voz. ‘Rafa’ abrió audiciones para reemplazar a Mike Ramos, me presenté y simplemente me puse a hablar con el maestro Ithier, a él le gusto mi modo de ser y sin escucharme cantar me dijo que me esperaba en las fiestas patronales de Manatí (Puerto Rico). Me pidió que buscara una guayabera crema y un pantalón marrón para estar a tono con el grupo. Me subí a la tarima ese sábado, la plaza estaba repleta y yo me sentía como cucaracha en baile de gallina, bastante perdido (risas). Me tomé dos palos de Felipe (coñac) para los nervios, y me aprendí toda la coreografía en medio del concierto, ese día me robé los aplausos.
¿Cuáles son los mejores amigos que le deja esta agrupación?
Primero Rafael Ithier que es nuestro padre, ese me regaña, me da consejos, me besa, es el papá de los pollitos como yo le digo. Creo que con todos tuve una excelente relación; pero mi pana es Jerry Rivas, no sé si por los 38 años que cantamos juntos, nosotros éramos esa combinación perfecta Black and White.
¿Cuáles son las enseñanzas que le deja su paso por el Gran Combo?
El respeto al público que es tu patrón, ese es el que te paga. Entregarme de lleno a mi gente y ser muy disciplinado. Con eso me quedo.
¿Qué es lo que más valora del maestro Rafael Ithier?
Su integridad, es un líder, tiene mucha sabiduría. Son muy pocos los errores que comete y si lo hace de inmediato lo reconoce.
¿Cuál es el país que más recuerda y por qué?
Tengo dos Colombia y Perú. Comienzo por Colombia porque allá nos dimos cuenta cómo los extranjeros amaban tanto la salsa que hacemos en Puerto Rico. Después en Perú pudimos palpar lo mismo y ha ido creciendo esa pasión.
¿Un país al que jamás regresaría?
A Guinea Ecuatorial (África), en 2016 nos pegamos un viaje extenuante y no duramos ni 24 horas en ese país. Llegué hecho una papilla para cantar durante 45 minutos y tomar de nuevo el avión. Duramos más de 48 horas por las nubes que en ese país tan lejano.
¿Qué se viene ahora para usted?
De alguna manea seguiré en los medios, también creo que haré algunas incursiones con el Gran Combo, algún empresario que quiera el show completo y me pida. Eso se podrá dar porque dejé las puertas abiertas.
A mí también me gusta la actuación y así que me podrían ver en alguna película o haciendo algún programa de radio, porque yo tengo buen verbo y soy muy jocoso. Como solista no me veo, siento que sin el Gran Combo nada soy. A mis 67 años es complicado armar una orquesta, porque el mercado de la música está muy duro.
¿Qué es lo que más extrañaba de estar en casa?
Celebrar nuevamente un cumpleaños en compañía de mi familia, pasar también la fiesta de Navidad y Fin de Año con ellos, esos son momentos que no tienen precio.
¿Háblenos de su familia, cómo está conformada?
Tengo siete hijos, nueve nietos y dos bisnietos. Aniel el menor de mis hijos ha incursionado en la música, hicimos un par de temas a ritmo de reguetón y salsa, y luego estudió actuación. Hoy es un presentador muy reconocido en la isla.
¿Cómo define a Rafael Ithier, Jerry Rivas y Charlie Aponte?
Rafa es un gran maestro, una persona intachable; Jerry Rivas es mi hermano y de Charlie Aponte me encantaría poder decir lo mismo, pero dejémoslo hasta buen compañero, no ahondaré en el tema.
¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuándo le dicen Barranquilla?
Hotel El Prado, allí siempre nos hospedamos siempre. En los años 80 se hacían los mejores bailes de Carnaval allí, eso era algo único, sobre todo por las mujeres tan preciosas que hay en Barranquilla y los aplausos desbordados que nos ofrecía el público.
¿Quiénes son los mejores cantantes en la historia de la salsa, regáleme cinco nombres?
Cheo Feliciano en primer lugar, Tito Rodríguez, Ismael Rivera, Héctor Lavoe y Justo Betancourt.
Además de hacer coros también pegó El Carbonerito ¿qué ha significado esa canción para usted?
Esa es mi identidad musical, yo estaba casado con una negrita que me dio seis hijos extraordinarios y lo grabé en 1984 para agradecerle su aguante. Ese tema es mi cédula porque del frente musical yo era el moreno, el carbonerito, eso me llenaba de emoción cada vez que lo cantaba.
¿A quién recomendaría como su reemplazo en el Gran Combo?
A Joselito Hernández que es el que está, ya él se comió el hueso, ya se ha acoplado. Lleva un año y medio, es un chico muy chispa, tiene mucho talento, él debería quedarse.
¿Con quién se queda Andy Montañez o Pellín Rodríguez?
Con Andy, tiene un vozarrón, además de su carisma, se deja querer muy fácil.