El fenómeno Ovni (Objeto Volador no Identificado) cada vez tiene más creyentes en todo el mundo, pues los diferentes avistamientos dejan en las personas que lo viven un choque mental sobre los aspectos desconocidos que tiene el universo.
El caso más importante de contacto Ovni fue el suceso Roswell, ocurrido el 10 de julio de 1947 en el desierto de Nuevo México (EE. UU.) Donde relatan que un objeto tripulado no terrestre se estrelló en una granja, observándose restos de algo similar a un platillo volador. Sin embargo, las Fuerza Militares norteamericanas ocultarían lo ocurrido e informarían a los medios de comunicación que se trataba de un globo meteorológico.
En la costa se daría un gran fenómeno Ovni registrado por el médico erudito José Osorio, quien en los escritos que dejó hablaría del suceso de este tipo más importante en nuestra región. A continuación contaremos la historia del Roswell de la Costa.
EL OVNI DE SITIONUEVO
La noche del 10 de agosto de 1987, en el municipio de Sitionuevo (Magdalena), ocurriría el extraño evento que marcaría la memoria de muchos de sus habitantes que hoy, luego de 30 años, aún recuerdan la manera cómo vivieron este acontecimiento que quedaría registrado en unos escritos del médico enigmático y erudito José Osorio, que trabajaba en ese entonces en el puesto de salud de este pueblo. Antes de su muerte Osorio pidió a sus hijos revelar estos escritos en los que relata con detalle el mayor contacto Ovni de la Costa. Describió como fue testigo del suceso con otras autoridades extrañas y sospechosas que llegaron al lugar luego de la caída de una especie de platillo volador en este rudimentario lugar.
Las autoridades tergiversarían los extraños hechos vistos por lugareños, aprovechándose de su ignorancia sobre este tipo de hechos. El médico escaparía del lugar luego de ver cómo los policías le preguntaban datos e interrogaban a aquellos que vieron de cerca el objeto.
Osorio relataría que esa misma noche se marchó en una chalupa a la que le incrustó una pila extraña que tomó de los objetos desprendidos de la capsula que cayó del cielo.
Luego en sus escritos comentaría que era un tipo de energía a base de agua, muchos de sus familiares atestiguarían cómo vieron a este médico realizar experimentos en los que prendía radios y bombillos con agua.
En sus escritos escondidos bajo una fachada de falsa novela con el título de Ciudad vítrea escribió lo que pasó esa noche de agosto: “Las autoridades ingresaron en la cabina y no daban crédito a lo que tenían frente a ellos. Un ser metálico inimaginable con forma humana, se consumía poco a poco, en sus propios ácidos autodestructivos. En el interior de aquella nave, se proyectaban hologramas tridimensionales, mostrando continentes de planetas lejanos, selva exuberante y floras extrañas. Aquel tripulante, ofreció a los recién llegados dos tubos de cristal al momento de los interrogatorio, pero huyó con una prueba”.
La Sociedad de Ufología Caribe recalca que los escritos dejados por el enigmático medico son tan reales como los nombres de los testigos del hecho que misteriosamente murieron o dicen que no se supieron más de ellos.