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“Ahora que estoy sin trabajo es cuando más tareas tengo”: Jorge Luis Bernal

El ibaguereño de 66 años lleva 33 de ellos en su carrera como director técnico.

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Jorge Luis Bernal no se estresa por contarse entre los desempleados del país. Dice que este tiempo libre lo aprovecha para “mejorar y reparar la máquina”, agitada en los tantos ires y venires de la vida de un técnico de fútbol.

El pasado 1o. de marzo el timonel ibaguereño, de 66 años, fue despedido de Rionegro Águilas. Seis partidos consecutivos sin conocer la victoria firmaron su sentencia. Bernal venía con el equipo paisa desde el 31 de mayo del año pasado.

El tolimenese hace parte de los ocho técnicos descabezados en la Liga Águila I; el más reciente Fernando ‘Pecoso’ Castro, despedido el martes pasado del América de Cali.

“Hombre no crea, yo sí ando ocupado, ahora que estoy sin trabajo me la paso en mi escuela de fútbol Ariel Armel. Ahora que estoy sin trabajo es cuando más tareas tengo”, dijo Bernal a AL DÍA, desde Ibagué.

Agrega que no lo trasnocha la posibiildad de seguir dirigiendo en el profesionalismo. Nos contó que en 1986 inició su carrera de técnico con el Deportes Tolima, y de ahí para adelante no ha parado.

Solo tuvo una experiencia en el fútbol del exterior con el Marítimo de Venezuela (1988), de resto toda su carrera la ha hecho en Colombia, lo que lo hace gran conocedor del balompié colombiano.

Era imposible no recordar momentos del fútbol con Bernal, entre ellos los vividos en el 2007 con el Cúcuta Deportivo en la Copa Libertadores de América de ese año, en la que fue eliminado por Boca Juniors en La Bombonera el 7 de junio, cuando perdió una ventaja de dos goles conseguida en casa y cayó 3-0 ante el cuadro Xeneize.

Sin duda un partido que marcó a Bernal, pero que le ayudó sin duda como él mismo lo dice en su carrera profesional.

De ese episodio y de otros detalles importantes en lo personal y profesional, habló con AL DÍA.

P.

¿Qué pasó en Rionegro para que se diera su salida?

R.

Yo creo que no hubo la continuidad de resultados del semestre anterior, fue seguramente la gran razón y claramente la gente lo pudo analizar. También se nos fueron siete u ocho titulares y los reemplazos que llegaron no es que sean de bajo nivel, pero llevaban entre seis y ocho meses sin jugar algunos. Otros llegaron con exceso de peso y volver a familiarizar a un grupo, futbolísticamente hablando, no es cuestión de un mes o dos. Por eso usted ve equipos como Cúcuta, Junior, Millonarios o el mismo América, están arriba en la tabla, porque tuvieron tiempo de trabajo, porque no se desbarataron sus equipos y más bien reforzaron con una o dos piezas claves. Aquí en el caso nuestro había jugadores que si no se les daba salida no iban a estar contentos y tranquilos, iban a trabajar quizás hasta de mala gana, entonces hubo que darle salida a varios de nuestros jugadores más importantes.

P.

¿Tiene ofertas de trabajo o está dedicado a otra cosa?

R.

En estos momentos estamos aprovechando el tiempo para ‘valorar la máquina’ (risas), porque uno cuando está en el fútbol profesional vive concentrado en el análisis de los adversarios, en los trabajos con los propios jugadores que uno maneja, en las correcciones de detalles, en los viajes, en muchas cosas. Y no queda tiempo para nada, entonces uno estos días libres los aprovecha para ‘reparar la máquina’, y para ver fútbol por televisión y pegarse un viaje a ciudades cercanas donde uno se encuentre y ve uno fútbol sabroso en un estadio.

P.

Háblenos de la escuela de fútbol que tiene en Ibagué

R.

La escuela la tenemos hace 40 años. Hemos venido ayudando en el aspecto social a muchos jóvenes, porque la escuela de por sí está ubicada en uno de los barrios que necesita más apoyo de quienes más tienen. Entonces pues le saco el tiempo para ir todas las tardes a la escuela y apoyar en lo que se pueda a los muchachos. Ahorita estamos en un plan gigante con la Alcaldía de Ibagué para reorganizar el Polideportivo, y que la juventud lo aproveche y la comunidad salga beneficiada. Se está haciendo una gran inversión y vamos a tener un gran escenario para que se jueguen torneos y las señoras en la noche tengan espacio para sus aeróbicos, que sea para todo el mundo. Entonces yo le digo a usted, no hay mal que por bien no venga, mire que salí del Rionegro y caí como anillo al dedo para estar al tanto de todo y apoyar en lo que pueda a mi ciudad.

P.

¿Cómo ha sido el tener que sacrificar tanto tiempo que pudo pasar con su familia, pero en el que estuvo pendientes de sus labores como director técnico?

R.

Esa es la vida de nosotros, estimado amigo. Tenemos una vida similar a la de los gitanos, un transcurrir similar al de ellos. A pesar de eso siempre hemos contado con el apoyo de toda la familia y vive uno como con las ilusiones, con la esperanza que esas bendiciones especiales que nos da Dios, de ganar unos salarios muy superiores a los que ganan otras personas que estudiaron más que nosotros y que estudiaron en una universidad. Esta carrera obliga sacrificios y un tiempo de dedicación arduo. Entonces yo digo, si voy a recibir un buen dinero, ayudemos a los que lo necesitan e invirtamos en la escuela, que se llama Ariel Armel, en honor al gobernador que tuvimos en el Tolima en 1968 y que hizo muchas cosas por el deporte.

P.

Usted lleva siete ciclos como DT con el Deportes Tolima, ¿a qué se debe esta buena relación?

R.

Seguramente porque llevo 26 años de trabajo honrado con ellos. He trabajado todas las categorías, infantiles, prejuveniles, juveniles, reservas, profesionales, todo. Hice la carrera correcta con ellos para llegar al equipo profesional. Ese aprecio de la gente en Ibagué y de los directivos, sirvió para estar tantos años dentro de la institución.

P.

Solo ha tenido una experiencia dirigiendo en la Costa, a Jaguares. ¿Hay diferencias con respecto a ser técnico en el interior del país?

R.

Yo creo que nosotros los colombianos coincidimos en muchas cosas. Todos los jugadores jóvenes son soñadores, no hay diferencias ahí. Hay regiones del país donde algunos jugadores no tienen muchas oportunidades, de pronto eso pasaba en Jaguares. En el fútbol de antes la gran mayoría de jugadores que salían a buscar oportunidades fuera de su región eran los del Pacífico y Valle del Cauca, pero ahora cualquiera sale a pelear y aventurar por una posibilidad profesional. Pero en todas las regiones es lo mismo. Cambia tal vez la parte técnica, el jugador de la Costa es más rápido y fuerte, en el interior son más técnicos. Pero le repito, todos tienen esa vocación y siempre están luchando por surgir en el profesionalismo.

P.

¿Qué pasó la noche en que Cúcuta fue eliminado por Boca Juniors en La Bombonera? ¿Siente que se pudo hacer más? ¿Se arrepiente de algo?

R.

Me quedé pensando un poco la respuesta porque es una pregunta muy dura para mí, hay cosas que marcan. Aparte de los nervios que se tuvieron, nos faltó Blas Pérez, que fue convocado para un microciclo con Panamá precisamente para esa fecha. Era una de nuestras estrellas. Blas culminaba todo lo que fabricaba en su mente Macnelly Torres, una barbaridad. Eso fue vital, el perder a Blas. Yo también analizo a veces esa noche y tal vez pudimos ser más defensivos, es que íbamos ganando 3-0 y nos abrimos. Uno no sabe qué hubiera pasado, he visto otros equipos que han sacado resultados en La Bombonera, pero son otros partidos. Me arrepiento tal vez de no haber sido más cauteloso.

P.

¿Cuáles son esas grandes alegrías que hasta ahora le ha dado el fútbol?

R.

Lo principal es que he podido colocar mi granito de arena para que muchos jugadores puedan cambiar el modo de vida de sus familias, las posibilidades económicas, que usted sabe desde su óptica de periodista que en este país son muy complicadas. Yo quisiera que todos los jugadores de fútbol surgieran. Pero creo que lo más importante es esa construcción visualizada al futuro de los jugadores cuando están jóvenes, ahí intervengo yo. Algunos no llegan a ser profesionales, he dirigido muchachos que hoy son abogados, ingenieros y me pone feliz que los que no llegan ni se consagran tengan una formación adecuada para seguir por el camino de la vida de buena forma.

Otra de las grandes alegrías nace paradójicamente de no haber sido campeón en el profesionalismo. Una vez un dirigente me dijo que tanto trabajo y no he ganado título en Colombia, pero acerca de eso también un periodista me dijo que yo he ganado más títulos que mucha gente, sin necesidad de trofeo o medalla de oro, porque él sabe de mi labor social a través del fútbol. Yo siempre les comento a mis jugadores que a través de su posición económica apoyemos todos ancianatos, escuelas, gente en la cárcel, tantas cosas que podrían hacerse en el Gobierno a través de tantos impuestos que pagamos nosotros y no se hacen. Creo que cuando veo a los jugadores haciendo esas tareas, eso es satisfactorio. Esa es mi mayor alegría, aprovechar el fútbol como un vehículo para apoyar a los que menos tienen, posibilidades a los que necesitan una ayuda para los que menos tienen.

P.

Un top 5 de los mejores jugadores que usted haya visto en Colombia.

R.

Cuando yo estaba muy joven seguía un jugador fantástico que se llama ‘El Maestro’ Jairo Arboleda, para mí era una lección verlo jugar. Macnelly Torres, lo que vi de él en el Cúcuta fue una cosa maravillosa. El equipo jugaba a partir de lo que él creaba con sus pies, a partir de lo que él hacía con la pelota. James Rodríguez hace de todo, es un jugador que defiende, pone pases, hace gol, es un jugador de esos que no salen siempre. Elson Becerra (Qepd), un muchacho muy soñador que yo dirigí en Cooperamos Tolima y en Deportes Tolima, era vital para nosotros, porque sabíamos que nosotros ganábamos si trancábamos la defensa y a él lo soltábamos en los contraataques, listo, resolvíamos todo. Ah bueno, me iba a matar usted si no nombraba a Carlos Valderrama. ‘El Pibe’ era un jugador maravilloso, esos pases usted poco los ha vuelto a ver, la Selección era un espectáculo verla y usted mismo lo disfrutó en Junior. El Pibe no se puede quedar nunca por fuera de este listado.