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Secretos fantasmales que esconden hoteles y moteles

Tres historias escalofriantes ocurridas al interior de estos lugares.

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En la costa existen diversos hoteles y moteles que reciben a diario cientos de personas que se alojan en sus habitaciones. Cada una de ellas deja una historia distinta, las cuales se van acumulando en el interior de estas edificaciones que se convierten en un contenedor de hechos que van desde lo romántico, familiar, depresivo, delirante o fatídico.

En ocasiones estas vivencias se reflejan como extraños espectros que atormentan a los nuevos inquilinos que llegan inocentes con la intención de descansar o divertirse. A continuación relacionamos tres historias escalofriantes.

La mujer ahorcada del motel

Una residencia que posee una historia escalofriante es la conocida por algunos como “El santo o La Santa”. Se cuenta que en su inauguración en 2002, en Barranquilla las amanecidas eran muy baratas, pero cuando los enamorados terminaban su momento de pasión se acostaban y apagaban las luces para dormir plácidamente escuchaban unos golpes. Tras encender las luces para ver de qué se trataba, veían a una mujer estrangulada con una sábana.

Las parejas salían corriendo despavoridas, por lo que el administrador llamó a un cura para realizar un exorcismo en la residencia, calmando así las apariciones de la ahorcada tras poner una biblia abierta con el salmo 91 en cada habitación. Desde entonces en esa residencia existen biblias grandes con una pequeña nota en la mesa que se les indica a los huéspedes que deben dejar la biblia abierta. Esta es una advertencia para que no compartan su noche con el espectro de la misteriosa mujer agonizando, la cual según algunos moradores del sector se trata de una joven que se quitó la vida allí cuando ese lugar era una casa. Al parecer lo hizo porque sus padres no la dejaron escaparse con el amor de su vida.

“Recuerdo que cuando inauguraron la residencia se escuchaban gritos y las parejas salían semidesnudas diciendo que habían visto una mujer ahorcada. En ese entonces entrabamos con las armas de dotación pero el pulso nos temblaba al encontrar sangre en la esquina del cuarto”, relata Víctor Mayoral, antiguo vigilante.

La mucama del más allá

Efraín Roncayo, un viajero de negocios nos cuenta que una vez pasó una aterradora noche en un hotel entre la vía Barranquilla-Santa Marta que apodan La llanta (por su forma), allí recibió un tenebroso servicio de medianoche. “Tenía un fuerte resfriado por lo que me acosté con las medias puestas debido al aire acondicionado del lugar. De repente sentí mucho frío, me desperté asustado porque la sabana estaba doblada en forma de triángulo y también me habían quitado las medias. Vi a una mucama”.

Alertado y furioso bajó a recepción para quejarse, pero le informaron que todo el personal nocturno era masculino. “Asustado recogí mis cosas y me fui a otro lugar”, confesó Roncayo.

La cama embrujada

El conductor Eusebio Rodríguez, cuenta que una vez se quedó en un motel de Sincelejo ubicado al lado de una bomba de gasolina. En la habitación 264 sintió una voz que decía el nombre de Samuel. “Me asusté al ver que un tipo con un cuchillo abrió las puertas, grité fuerte, pero el tipo brincó a la cama rasgando el colchón y después la almohada. Sacó un muñeco amarrado con la foto de él, junto a una mujer”, cuenta Rodríguez quien cuando llegó el personal del motel, le pidió disculpa, contando que era un amarre que le había hecho una jovencita en esa habitación a un hombre que le había quitado la virginidad. Debido a ese embrujo no podía estar con otras mujeres”.

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