Misas negras y la casa dónde empezó el Halloween en el país

Existen celebraciones o reuniones que son imposibles de creer por las cosas oscuras que se cuentan de ellas. Este es el caso de las temidas Misas Negras, siniestros rituales en los que se realizan actos atroces que escapan a las reglas de la sociedad. Aunque para muchos son tan solo un mito, lo cierto es que existen testimonios de personas de la costa que han dejado atrás el silencio generado por el miedo a estas sectas o cultos decidiendo contar de sus vivencias tétricas.

Ricardo Utria, un guardacostas porteño relata que en cierta ocasión durante una noche de Halloween mientras se retiraba a su casa en moto, escuchó en uno de los sectores solitarios de la playa unos cantos religiosos escalofriantes. Cuando se acercó vio escondido desde un risco una secta oficiando una misa negra.

En un lugar no turístico de la playa, cuenta que vio dibujado sobre la arena un pentagrama invertido trazado con velas, una mesa con un cáliz y un plato metálico con un bebé recién nacido llorando.

Asegura que alrededor estaban cantando cinco personas con gatos ahorcados colgados en sus espaldas; pero a pesar que estaba escondido hubo algo terrorífico que lo delataría. “Estaba a punto de prender la moto para irme a avisarle a las autoridades lo que había visto, cuando el sacerdote negro de la misa empieza a decir: ‘Matemos al que nos observa’. Alcancé a ver una figura negra alta con cachos que me señalaba desde otra montaña, así que prendí la moto y me fui, pero perdí el control más adelante”.

Utria cuenta que más adelante debido al mismo terror perdió la conciencia y cayó en una cuneta y cuando volvió en sí, avisó a las autoridades, pero en el lugar no había nadie, ninguno creyó su historia.

ATRAPANDO SATÁNICOS

Otro testimonio terrorífico que entregó al grupo de investigación Costa Paranormal, es el entregado por Fabio Zamora, un policía pensionado que cuenta que tuvo una experiencia escabrosa cuando cuidaba el cementerio Calancala para evitar realizaciones de misas negras en los días de octubre.

Relata que una vez junto a su compañero de patrullaje sorprendieron a una secta satánica mientras que realizaba un ritual en el camposanto, recuerda que cuando los miembros del culto los vieron huyeron, pero su compañero logró atrapar a uno.

“Salimos corriendo para atraparlos a través de los laberintos de tumbas del cementerio, de pronto escucho decir a mi compañero que había atrapado a uno de ellos, cuando llego para darle apoyo lo veo en un rincón temblando de miedo con las esposas abiertas sin haber capturado a nadie, al parecer era un ánima invocada en aquel diabólico ritual”.

LA CASA DEL PRIMER HALLOWEN

Existe una leyenda de una casa en Barranquilla que fue una de las primeras academias de idiomas de esa Ciudad en los años 50. Sus dueños, miembros de un gran culto de poder pagano, organizaron la primera fiesta de Hallowen del país, realizando una misa espiritual a la que vinieron de afuera: médium, hechiceros y se platicaron invocaciones con tablas güijas para abrir un portal al mundo de los espíritus.

Armando Santo Domingo, médico neurocirujano cuenta que fue llevado cuando joven a esta academia para asistir a esta primera fiesta de Halloween.

“Ahí se vio de todo, orgías rituálicas sin importar la edad, en varios salones se estaban oficiando misas y todos estaban disfrazados con máscaras cuando en una de la habitaciones había una mujer amordazada con un hombre, no pude ver más, salí del lugar, esa celebración era para traer al Halloween a estas tierras y funcionó porque después se expandió por todo el país”, relata el veterano galeno que jamás podrá revelar el sitio de ese evento por un juramento que hicieron.