Los lentes de contacto suelen ser vistos como la alternativa perfecta para las personas que necesitan un aumento en su visión y no desean utilizar gafas.
Aunque representan una solución para quienes sufren miopía o astigmatismo, los lentes de contacto también deben ser usados con cierto cuidado. Sino, puede suceder lo que debió vivir una adulta de 70 años, quien terminó con 23 de estos artefactos en la cuenca de sus ojos.
Así quedó evidenciado en el testimonio de una médico oftalmóloga, quien contó la insólita historia que llegó a su consultorio a través de TikTok, recomendando además que "dormir con los lentes de contacto puestos es sumamente peligroso".
“Llegó a mi consultorio y dijo que sentía algo en el ojo que no podía sacar. Aunque les pedimos a las personas mayores que vengan una vez al año para hacerse chequeos, esta mujer se había saltado las citas y no había ido a la oficina en dos años”, comentó la doctora Katerina Kurteeva.
La mujer aseguraba que tenía la visión borrosa, pero que sentía un alto grado de dolor en el ojo, lo que de inmediato hizo pensar a la médico en un lente de contacto roto por uso frecuente, o alguna otra particularidad.
Sin embargo, lo que vendría dejó a la doctora sin palabras: “Cuando le pedí que mirara hacia abajo, pude ver los bordes de un par de contactos pegados entre sí. Al sacarlos, sentí que aún podía ver más y le pedí a mi asistente que tomara mi teléfono para registrar la eliminación”.