Parece una historia de ficción, pero es real. Donald Savastano, un carpintero neoyorquino de 51 años, se había ganado el 4 de enero un millón de dólares en la lotería de Nueva York, sin embargo, el pasado 26 de enero murió como consecuencia de un cáncer que sufría y del que no había sido diagnosticado con tiempo.
Este hombre había empezado bien el 2018. Pidió que le dieran todo el dinero en una sola cuota y con los descuentos de los impuestos, solo se llevó US$661.800. “Esto cambiará nuestras vidas”, dijo en ese entonces.
Desconociendo su estado de salud y cuestionado sobre lo que haría con el dinero, Savastano tenía planeado “comprar un nuevo camión, pagar algunas deudas e invertir en el futuro”.
No obstante, después de un tiempo de sentirse mal, Donald decidió ir al médico, cosa que no había hecho antes por los exhorbitantes precios de la atención hospitalaria en Estados Unidos.
Tras su visita se sorprendió al recibir el triste diagnóstico de que padecía cáncer en su etapa cuatro, es decir cáncer terminal, perdiendo la vida 20 días después.
Finalmente, tres semanas después de ganar el premio, el hombre falleció, sin haber podido disfrutar de todo el dinero que ganó en la lotería estadounidense.