El reciente asesinato de Julián Sevillano, líder de la banda Los Fatales y vinculado a los Choneros, ha conmocionado a Ecuador y ha generado un revuelo inusual en las redes sociales debido a las peculiares circunstancias de su velorio.
En lugar de las tradicionales flores, los dolientes colocaron armas sobre el cuerpo de Sevillano durante el velatorio en el municipio de Mocache. Este suceso ha arrojado luz sobre la compleja realidad de las bandas criminales en Ecuador y la forma en que la violencia sigue afectando a comunidades enteras.
El miércoles pasado, Julián Sevillano, de 39 años, perdió la vida de manera violenta mientras se encontraba en un lavado de autos en la vía Mocache-Jauneche, según el informe del diario El Universo. Lo acompañaban su hija de 14 años y un guardaespaldas. Trágicamente, la menor también perdió la vida en el ataque. Los informes sugieren que Sevillano y sus acompañantes fueron baleados por individuos desconocidos que, al parecer, habían estado siguiendo sus movimientos.
La comunidad de Mocache quedó estremecida por este suceso, que algunos han atribuido a la rivalidad entre grupos criminales en la región. Un habitante local, que prefirió mantener su nombre en el anonimato, compartió su perspectiva: "Parece que le habían seguido sus movimientos. Julián siempre llegaba a lavar el carro en las mañanas, de eso se aprovecharon sus enemigos”.
Los detalles del ataque sugieren una planificación cuidadosa por parte de los agresores, ya que se movilizaron en moto pero habrían llegado a pie para evitar levantar sospechas. Esto resalta la complejidad de las redes criminales en la zona y la peligrosa rivalidad que a menudo se traduce en violencia despiadada.
El inusual velorio de Julián Sevillano:
Lo que hace que este incidente sea aún más extraordinario es el velorio de Julián Sevillano, que se volvió viral en las redes sociales. En lugar de las tradicionales coronas de flores, los dolientes optaron por colocar armas sobre el cuerpo del difunto. Este gesto ha generado un debate en línea sobre la glorificación de la violencia y la celebración de figuras delictivas en algunas comunidades.
Si bien algunos podrían interpretar este acto como un tributo a la vida de Julián Sevillano y su notoriedad en ciertos círculos, otros lo ven como un ejemplo preocupante de cómo la violencia y el crimen organizado han arraigado en algunas partes de Ecuador. La exposición en las redes sociales ha llevado esta discusión a un público más amplio y ha provocado una reflexión más profunda sobre las causas subyacentes de la violencia en la región.