Un momento de entretenimiento familiar terminó convertido en escena de pánico en el Hangzhou Safari Park, en China, cuando un oso negro atacó sin previo aviso a su cuidador en medio de una función pública. El animal, que hacía parte de una rutina habitual del espectáculo, avanzó de forma repentina hacia el entrenador, lo empujó al suelo y comenzó a forcejear con él frente a decenas de visitantes.
El público, sorprendido por lo inesperado del ataque, empezó a gritar mientras varios empleados del parque reaccionaban para ayudar al cuidador. En cuestión de segundos, trabajadores ingresaron al área del show utilizando sillas, palos y otros objetos para distraer al oso y obligarlo a retroceder. Tras varios intentos, lograron separar al animal y permitir que el cuidador fuera sacado del lugar.
Las autoridades del parque informaron que el entrenador sufrió lesiones menores y que el oso fue retirado del escenario para ser evaluado. Como medida inmediata, el parque suspendió todos los espectáculos que involucren osos negros mientras se revisan los protocolos de seguridad y manejo animal. También se adelantó una inspección interna para determinar qué pudo detonar el comportamiento agresivo del animal.
El incidente reavivó el debate sobre la participación de animales salvajes en espectáculos públicos, un tema que en China y otros países genera creciente preocupación entre organizaciones defensoras del bienestar animal.