Cosas insólitas pueden suceder cuando las personas exceden la cantidad de copas que deberían consumir en medio de un evento social. Desde mensajes fuera de lo común hasta tatuajes o accidentes pueden presentarse cuando las personas abusan del consumo de bebidas alcohólicas, pero lo que le pasó a Oliver Kaplan ha sobrepasado los límites.
Recientemente se conoció la historia del joven de 22 años, quien pidió un servicio a través de Uber para encontrarse con unos amigos en una ciudad cercana a Manchester (Inglaterra), luego de terminar su jornada laboral.
El recorrido era de aproximadamente 6 kilómetros, por lo que la aplicación le solicitó entre 11 y 12 euros, de acuerdo con el relato del joven.
Sin embargo, a la mañana siguiente se despertó con un correo electrónico de la aplicación que decía que no tenía fondos suficientes para pagar un cargo de casi 40.000 euros.
Estupefacto, el joven se puso en contacto con operadores de la compañía, quienes le aseguraron que la factura había sido tan alta porque había configurado a Australia como su destino.
Después de verificar los datos, Uber rectificó y ajustó el precio, cobrando el viaje finalmente a 10,73 libras (12,21 euros).
"Si llego a tener esa cantidad de dinero en la cuenta, habría tenido que perseguirlos para que me lo devolviesen; podría haberme metido en serios problemas financieros", lamenta Kaplan.