Una lectora le confiesa a Don Juan que no puede dejar de pensar en sexo

Generalmente se tiene la creencia de que los hombres son quienes mayor tendencia manifiestan hacia el sexo y en pleno era posmoderna, se considera como tabú el hecho de que las mujeres opinen, sientan y muestren sus preferencias abiertamente en torno a este tema.

Aún más se calientan los ánimos y el sexo femenino es blanco de críticas cuando la libido aumenta deliberadamente en ellas y viven a plenitud su sexualidad, incluso cuando eso implique tener varias parejas; el calificativo de ‘ninfómana’ sale a relucir en forma de insulto por la sociedad.

Una lectora me escribe desesperada, comentándome que recientemente ha experimentado extrañas sensaciones asociadas a insaciables ganas de tener relaciones sexuales: “Don Juan, soy una mujer soltera; hace poco terminé una relación estable de varios años de la que entre muchas cosas, puedo decir que tuve una vida sexual muy buena. Luego de la ruptura no he entablado otra relación amorosa, pero sí he tenido encuentros sexuales esporádicamente con otros hombres. Eso ha despertado mis sentidos y muchas veces siento ganas de estar en ese plan a cada momento; me siento confundida porque nunca antes me había pasado”.

Quiero aclarar que lo anterior no es motivo para escandalizarse, pero sí invita a reflexionar. Puede que lo que esté viviendo esta mujer esté relacionado con un término que suele confundirse con meros apetitos carnales y en realidad, puede llegar a convertirse en un tema delicado si no se trata a tiempo y con expertos.

La ninfomanía es una forma de comportamiento asociada al género femenino y que consiste en el “deseo violento e insaciable en la mujer de entregarse a la cópula”, según el