En Soledad, un bus de transporte público fue atacado a tiros por sujetos en moto mientras el conductor esperaba en un semáforo.
El atentado contra el bus ocurrió días después de un incidente similar con otro vehículo de la misma empresa.
La Policía investiga el vínculo del ataque con un grupo delincuencial que exige pagos extorsivos a la empresa transportadora.
En la tarde del domingo 18 de agosto, en el sector de la Ciudadela Metropolitana del municipio de Soledad, se presentó un atentado contra un bus de la empresa de transporte público colectivo Lolaya. Según las primeras versiones, el vehículo no estaba en servicio y era conducido por un chofer hacia un taller de mecánica.
El ataque ocurrió en el bulevar de la calle 54 con carrera 11, cuando el conductor del bus esperaba el cambio de luz en un semáforo. Testigos señalaron que en ese momento aparecieron sujetos a bordo de una motocicleta.
El conductor y un acompañante que se encontraba con él buscaron protección dentro del automotor y, afortunadamente, no resultaron heridos en el ataque.
Este incidente ocurre apenas días después de un ataque similar contra otro bus de la misma empresa. El primer hecho se registró el pasado miércoles 14 de julio, en la avenida Circunvalar, cuando un disparo, aparentemente dirigido hacia el panorámico del vehículo, lo impactó mientras este se desplazaba a la altura del complejo habitacional Puerta Dorada.
Sin embargo, la Policía Metropolitana de Barranquilla desestimó el ataque de ese miércoles, indicando en un comunicado que el daño fue causado por "una piedra" y no por un disparo, como se había mencionado inicialmente.
Lo que sí preocupa a las autoridades es la posible relación entre estos ataques y un grupo delincuencial que estaría extorsionando a la empresa transportadora Lolaya.
Este presunto caso de extorsión no es nuevo para la empresa Lolaya. El pasado miércoles, el Grupo Gaula Militar había informado sobre una vigilancia permanente en las instalaciones de la compañía, tras recibir amenazas directas contra sus empleados y vehículos.
Las autoridades han reforzado las investigaciones en torno a estos hechos y se encuentran analizando si los ataques recientes contra los buses de Lolaya están directamente relacionados con las exigencias económicas de estos grupos ilegales. No obstante, hasta el momento no se ha confirmado la captura de los responsables de estos ataques.
El sector de transporte público en Barranquilla y sus municipios aledaños ha sido blanco de múltiples denuncias por extorsiones en los últimos años. Los empresarios de este gremio han señalado que estas prácticas delictivas afectan no solo su operación diaria, sino también la seguridad de los trabajadores y pasajeros.