Johan Andrés Reyes se encontraba recluido en la cárcel de Coiba de Picaleña, en Ibagué, en el bloque 7, celda 13, y desde ese lugar, pudo más su necesidad por consumir estupefacientes, que su misma conciencia por preservar su integridad física, lo que lo llevó a, como forma de liberar su impotencia, prender fuego el colchón donde dormía.
De acuerdo con la información que se reveló, los médicos habrían intentado salvarle la vida, pero el hombre sufrió varias complicaciones en su sistema respiratorio, como producto de la inhalación del humo de la colchoneta que quemó para iniciar la conflagración.
“Él, estando en su celda, al parecer por la falta de estupefacientes, y en una manera de expresar su ira y necesidad de sustancia, le prende candela a la colchoneta. Y, dado que estas tienen químicos fuertes, más el humo, le causaron daño a su sistema respiratorio”, afirmó Alejandro Durán, representante del sindicato de Guardiasdel Inpec.
Cabe resaltar que, si bien el interno estaba siendo atendido en Bogotá, donde se registró su deceso, previamente había estado en la sala de urgencias del hospital Federico Lleras Acosta en Ibagué desde el 22 de febrero, día del hecho.