Jaider Gregorio Amador Quessep, patrullero de la Policía, falleció tras ser víctima de un atentado en el barrio San Luis de Barranquilla.
El ataque ocurrió la mañana del 17 de mayo cuando Amador Quessep fue abordado por sujetos armados.
Las autoridades investigan posibles conexiones entre su función de custodiar carceletas y el ataque.
El patrullero de la Policía Jaider Gregorio Amador Quessep se encontraba luchando por su vida en el Clínica de la Costa, luego de que en horas de la mañana de este viernes 17 de mayo fuera víctima de un atentado sicarial en plena calle del barrio San Luis, en la localidad Metropolitana de Barranquilla. Sin embargo, en horas de la tarde las autoridades confirmaron su deceso.
En hechos que todavía son materia de investigación para la Policía Metropolitana, Amador Quessep fue abordado por presuntos sujetos armados a las afueras de la vivienda de sus familiares. Intentó correr al escuchar las detonaciones. Sin embargo fue perseguido por el criminal y tiroetado en la esquina del sector mencionado.
Aunque los móviles del atentado aún son indagados, este medio de comunicación pudo confirmar que el patrullero, de 32 años, era uno de los encargados de custodiar las carceletas de la Estación policial del barrio El Bosque. Por ende, agentes de la Sijín y el CTI de la Fiscalía intentan verificar si existe alguna relación de sus funciones con este ataque en su contra.
Sin embargo, este atentado criminal que ocurre un día después del homicidio en la capital del país del coronel en retiro de la Policía Nacional, Elmer Fernández, actual director de la Cárcel Modelo de Bogotá.
Sobre el caso local, hasta hace un par de horas, las autoridades se encontraban en el lugar de los hechos recolectando testimonios de moradores del sector y de familiares. También verificando material probatorio sobre un vehículo rojo de placas JUZ-743, que estaba estacionado a las afueras del domicilio ubicado exactamente en la carrera 4A con calle 94, lugar donde sucedió el ataque.
Por otro lado, allegados de la víctima se notaban angustiados por el estado de salud de Amador Quessep, quien fue llevado a la Unidad de Cuidados Intensivos del centro asistencial anteriormente mencionado. “Está vivo, está bien”, “te amo hermano de mi vida, hermanito lindo”, fueron algunas de las frases que se podían escuchar.
El uniformado solía visitar de forma recurrente a su hermana y madre en la vivienda donde ocurrieron los hechos.
Da la casualidad que la dirección está localizada a pocos metros de la urbanización Las Gardenias, sitio que fue militarizado en la mañana de este viernes para reducir los índices de violencia en el sector. La Policía Metropolitana puso en marcha un plan candado para dar con el paradero de los presuntos homicidas.