Masacre en Villa de Olvega, Puerto Colombia, revive temor por hechos violentos en rumbas clandestinas
Las investigaciones preliminares apuntan a que el atentado fue el resultado de una disputa entre dos presuntos miembros de la banda criminal 'Los Costeños'.
Lo que las autoridades policiales y civiles temían se hizo real el pasado lunes festivo en el Atlántico: una masacre que cobró la vida de tres personas y dejó nueve heridas en una fiesta electrónica clandestina.
Este evento, que se había promocionado por redes sociales con la promesa de 36 horas de música ininterrumpida y la participación del reconocido DJ Zandú (Andrés Montoya) junto a 14 artistas locales, se llevó a cabo en una "ubicación secreta" revelada solo horas antes a los asistentes.
La celebración, publicitada en Instagram como un "domingo de prueba de talentos", atrajo a un gran número de personas. Sin embargo, la diversión fue brutalmente interrumpida por la irrupción de "artistas" del crimen que desataron una balacera dentro de la casa finca Villa de Olvega.
Entre las víctimas mortales se encontraba Maciel Karina Gómez Rúa, comunicadora social y DJ, cuyo nombre figuraba en el cartel de artistas invitados.
La disputa de 'Los Costeños' detrás del ataque
Las investigaciones preliminares apuntan a que el atentado fue el resultado de una disputa entre dos presuntos miembros de la banda criminal 'Los Costeños'.
Aunque inicialmente se especuló que el ataque estaba dirigido a Raúl Henao Farías, alias Choco, por un conflicto con 'el Turco' sobre el control de rentas criminales en Barranquilla, una versión posterior sugiere que la confrontación entre ambos ocurrió en la misma fiesta.
Al parecer, 'el Turco' habría contactado a sus hombres de confianza para ejecutar el ataque una vez 'Choco' abandonara el lugar, descartando así la idea de que los agresores se hicieran pasar por domiciliarios para entrar a la finca.
La preocupación de las autoridades no es infundada. El desarrollo inmobiliario y comercial de Puerto Colombia, junto a su cercanía con zonas exclusivas de Barranquilla, ha convertido al municipio en un foco de eventos de todo tipo, incluyendo fiestas clandestinas.
El precedente más alarmante se remonta a octubre de 2022, cuando una parranda vallenata privada en Punta Roca terminó en un sangriento enfrentamiento entre clanes familiares vinculados al narcotráfico, dejando dos muertos y desatando una brutal guerra que se extendió hasta España.
En aquel incidente, Jonathan José Ospino Illera, el anfitrión de la fiesta, asesinó a Roy Ricardo Galea Reyes, escolta de Roberto Vega Daza.
Este acto desató la furia de Vega Daza, quien inició un tiroteo de 45 minutos que culminó con el asesinato de Ospino Illera.
Desde ese momento, Álvaro Luis Ospino Illera, alias La Negra Dominga y padre adoptivo del joven, juró venganza contra "los Vega Daza".
Ocho meses después, en junio de 2023, se produjo la masacre de los Vega Daza en Villa Campestre, Puerto Colombia, donde Rafael Julio Vega Cuello y sus hijos Ray Jesús y Ronald Iván Vega Daza fueron asesinados.
Roberto Vega Daza, el objetivo principal, logró sobrevivir en esa ocasión, pero fue ultimado en febrero de 2024 en una masacre en El Saler, Valencia, España. Recientemente, alias La Negra Dominga, fue arrestado en Madrid como uno de los presuntos autores intelectuales de este último caso.
Estos antecedentes, sumados a la alta incidencia de sicariatos y la constante presencia del crimen organizado en el área metropolitana de Barranquilla, mantienen a las instituciones en un estado de desasosiego.
El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, ha relacionado directamente el homicidio múltiple de Villa de Olvega con la incesante disputa entre estructuras criminales por el control de las rentas ilícitas. Ha enfatizado la urgencia de tomar decisiones y analizar las causas recurrentes de estos actos violentos.
Las autoridades están evaluando diversas estrategias para prevenir fiestas clandestinas, no solo en Puerto Colombia, sino también en Juan de Acosta, Tubará, Baranoa y Polonuevo.
El objetivo primordial es disminuir la cantidad de homicidios colectivos, recordando que en 2024 se registraron cinco masacres en el Atlántico.
El secretario del Interior, José Antonio Luque, anunció que se está considerando la implementación de drones de última tecnología con visión nocturna para identificar y monitorear las zonas donde suelen realizarse estas reuniones ilegales.
A nivel local, la Alcaldía de Puerto Colombia planea endurecer los controles viales y aumentar la vigilancia en sectores como Pradomar, Sabanilla y Monte Carmelo, donde se alquilan propiedades privadas para evadir las normativas municipales.
Adicionalmente, se realizará un rastreo en redes sociales de eventos similares, ya que la fiesta del pasado lunes festivo, al parecer, tenía una continuación programada para el 14 de junio en otra "ubicación secreta", según se promocionaba antes de que estallara la balacera.