La tranquilidad en el conjunto North Frontier del sector de Villa Campestre se vio irrumpida por disparos que se escucharon en ráfagas. Los vecinos de esa zona, acostumbrados a vivir en un sitio calmado, no paraban de salir por el asombro que produjo el triple homicidio. Todo parecía haber sido sacado de una película de acción.
Dos sujetos, según información preliminar de las autoridades, dispararon con fusiles calibre 5,56 hacia el conjuntodonde se encontraban los objetivos: Rafael Julio Vega Cuello y sus hijos Ray Jesús y Ronald Iván Vega Daza, quienes resultaron muertos de manera instantánea. Roberto Carlos, otro hijo de Vega Cuello, resultó herido.
AL DÍA conoció más pistas del crimen. En la escena de la masacre, las autoridades encontraron objetos que habrían dejado los criminales: un celular y otro fusil calibre 5,56, un arma de largo alcance que le permitió a los sicarios cometer el triple homicidio desde el techo de la bodega que habían arrendado durante 10 días. Todo para que desde ese punto tuvieran el panorama completo de los integrantes de la familia Vega Daza, quienes se encontraban departiendo en el jardín de una casa que habían arrendado por varios meses.
-Celular que fue encontrado en la escena del crimen
-Fusil calibre 5,56 utilizado por los sicarios para cometer el crimen
-Cortesía
Estos elementos son analizados por una unidad especializada de la Fiscalía de Bogotá, que se encuentra adelantando todas las investigaciones del caso para dar con el paradero de los sicarios, quienes huyeron en una camioneta marca Renault Duster, color champaña, dejando en la escena no solo los fusiles y el celular, sino también una granada de fragmentación, que fue desactivada por miembros de la Policía.
Vale mencionar que unas de las líneas de investigación de este crimen múltiple, adelantadas por la Policía y la Fiscalía General de la Nación, es que la orden de ejecución se habría dado desde Venezuela y que el pago a los autores materiales por este habría alcanzado los 1.500 millones de pesos.
AL DÍA tuvo acceso al reporte de los forenses de la Sijín, encargados de realizar la inspección técnica de los cadáveres del caso, y en este precisaron que las personas del mismo grupo familiar recibieron los balazos de lleno, 33 en total.
Vega Cuello registró siete heridas así: tres a la altura del oído; una en el cuello; dos en la occipital; una en el antebrazo.
Por su parte, Ronald Vega, de 41 años, tenía nueve heridas así: dos en el abdomen bajo; una en el pecho; una en el antebrazo izquierdo; dos en el antebrazo derecho; tres en el rostro. Es de anotar que uno de estos últimos impactos le fracturó el cráneo.
Asimismo, Ray Vega, de 37, fue quien más recibió impactos, fueron en total 16: tres en el abdomen; una en la axila, una en el antebrazo derecho; nueve en el brazo izquierdo, una en el pecho; y una en la pierna.