Las amenazas eran constantes. Los panfletos llegaban a diario. El miedo a la muerte era punzante. El comerciante del barrio Bellavista, de Malambo, quien estaba siendo víctima de extorsión, al parecer, por parte de ‘los Costeños’, y en cuyo negocio el Gaula Militar realizó un operativo que dejó a un presunto delincuente herido, contó a esta casa editorial que ya llevaba 20 días, aproximadamente, sufriendo visitas amenazantes.
“Primero me tiraron un panfleto y me dijeron que llamara a un número, pero como yo no lo hice vinieron directamente y me dijeron que tenía que darles $2 millones, y que si yo no les daba el dinero ellos me mataban y se llevaban –asesinar- a una de mis hijas”, expresó el hombre.
Por estos hechos criminales que pusieron en riesgo su vida y la de su familia decidió envalentonarse y realizar una denuncia a las autoridades: “Denuncié hace unos 12 días y pues me dijeron que iban a hacer unos operativos y a estar pendientes del negocio. Me mandaron dos muchachos para la protección hace tres días”.
La planificación del operativo estaba realizada una noche antes. Ya todos (el comerciante y los dos hombres del Gaula) sabían cuáles eran sus puestos durante la visita de los señalados: “Ayer metí la plata e hice todo lo que las autoridades me indicaron. Ya todo estaba coordinado, hasta cómo tenía que hablar yo y en qué momento iban a salir los muchachos”.
Así ocurrió
Siendo las 8:55 a. m. llegaron dos sujetos en una moto negra con verde hasta la calle 4 sur con carrera 6, se bajaron y, al parecer, procedieron a pedirle la suma de dinero a la víctima. En ese momento fueron sorprendidos por los uniformados que se encontraban dentro del negocio.
“Les dijeron quietos, pero los dos hombres no se creían que fueran de la autoridad, uno de ellos sacó un revólver e hizo dos tiros, lo que ocasionó que la gente del Gaula disparara”, indicó el comerciante.
Este hecho comenzó a ser indagado por las autoridades competentes, quienes avanzaron las pesquisas necesarias para establecer a cuál cabecilla de la estructura delincuencial le rendían cuentas, supuestamente, el lesionado y su cómplice.