José Alberto Rodríguez, un hombre de 30 años, fue puesto tras las rejas por ser encontrado culpable del asesinato Ariel Lizarraga, al que supuestamente asesinó de forma premeditada y con total intención, sin embargo, fue liberado a comienzos de este mes de marzo.
Corría el 24 de enero de 2019, Rodríguez estaba en su casa junto a su esposa embarazada y sus dos hijos, pero tras el pedido de su pareja sentimental, se dirigió hacia la tienda de su cuadra.
Tras comprar algunos ingredientes para la comida, Rodríguez compró también una cajeta de cigarrillos y al salir del establecimiento, se dispuso a encender uno. Justo en ese momento, los hermanos Ariel y Roberto Lizarraga lo abordaron y le pidieron, de forma agresiva, que les diera uno.
Al negarse, los hombres sacaron un arma y le apuntaron con ella, sin embargo, antes que mencionaran una palabra, él logró tomar la pistola y empezó un forcejeo con su atacante.
En la disputa, se dispararon dos tiros: uno al piso y otro al hombro de uno de los hermanos, lo que hizo salir corriendo despavorido al atacado y al pariente del herido, el cual quedó tendido en la calle a su suerte.
A José le dio mucho miedo ser juzgado con el nacimiento de su hija en unos días, por lo que se ocultó de la justicia, sin embargo, al enterarse que Ariel había muerto, decidió entregarse a las autoridades del municipio de José C. Paz, Argentina, lugar de los hechos, recién 8 días después de lo sucedido.
Aunque parecía que solo serían unos días tras las rejas mientras todo se aclaraba, pues la defensa planeaba explicar que los sujetos se le acercaron con la excusa del cigarrillo para en realidad distraer a las personas al rededor y atracarlo, el juicio tomó un rumbo diferente.
“El hermano del muerto dijo que José tenía un arma de fuego, que los vio en la calle y que como tenían un supuesto problema con gente del barrio, José lo mató. “Ahora van a ver”, supuestamente les dijo José y los corrió a los tiros”, contó la abogada de José.
Esa declaración y otras pruebas que ni tenían en realidad mucho fundamento fueron suficientes para enviar a la cárcel a Rodríguez, en la cual pasó 4 años, hasta que a comienzos de este mes de marzo fue liberado, luego que su caso, por una demanda de la defensa de José, fuera vuelto a estudiar por la justicia Argentina.
“José está feliz porque dice que recuperó su vida. Lo que más me impresionó fue su templanza. Jamás bajó los brazos y sólo buscaba ser escuchado. Es una persona completamente diferente a la que conoció hace cuatro años. Ahora quiere volver a trabajar y terminar lo que se vio interrumpido cuando cayó preso”, contó su abogada, que también sintió suya la libertad de su defendido, tras acompañarlo todos estos años.