Domiciliario al que pillaron con fentanilo quedó en libertad: ¿Y entonces?
Ronald Manuel Mendoza, de 40 años, según la autoridad, tenía en su poder dos ampollas del potente opioide usado ahora con fines criminales. Este habría dicho a autoridades que se las iba a vender a mujer farmacodependiente.
Luego de la captura en la semana anterior del supuesto domiciliario Ronald Manuel Mendoza Gutiérrez, de 40 años, por portar entre sus pertenecías dos ampolletas de fentanilo, el potente opioide usado ahora con fines criminales, hoy las autoridades se centran en rastrear el origen o quién le suministró el medicamento a este individuo.
Mendoza Gutiérrez fue procesado por el delito de porte de estupefaciente y un juez de control de garantías lo dejó en libertad en las últimas horas, pero vinculado a la investigación.
Según la Fiscalía y la Policía la tarea ahora es conseguir quién suministra o vende de manera ilegal el fármaco que solo tiene uso hospitalario. Y para ello se empezó un barrido por los centros asistenciales de Barranquilla y su área metropolitana, públicos y privados, para hacer una revisión al manejo que se le da a los dispensarios.
Recordemos que la Policía Nacional ordenó recientemente a las Unidades de Antinarcóticos y Policía Fiscal y Aduanera fortalecer la inspección y el rastreo de encomiendas despachadas vía terrestre entre ciudades del Caribe y capitales del interior del país para contener el tráfico del fentanilo.
Esta fue una de las medidas analizadas en el marco del ‘IV Congreso Internacional contra el Tráfico de Fentanilo, Sustancias Químicas y Nuevas Sustancias Psicoactivas’, realizado en la ciudad de Medellín, adonde se alertó sobre el transporte y decomiso de 280 ampollas del medicamento precisamente desde Barranquilla a Medellín.
La misión criminal, según lo que pudo conocer este medio, era que el fármaco elaborado por un reconocido laboratorio y obtenido de manera legal llegara a esas cocinas clandestinas de la capital de Antioquia en las que se prepara el ‘Tusi’ o la popular cocaína rosada, para que ese elemento sirviera como insumo para “potencializar” el efecto alucinógeno de la droga.