José Adolfo Macías Villamar, alias "Fito", el criminal más peligroso de Ecuador, se fugó de la cárcel de Guayaquil durante una operación de control de armas.
Lideraba la banda delictiva "Los Choneros", vinculada al cartel mexicano de Sinaloa, y acumulaba 14 procesos judiciales con una sentencia de 34 años.
El presidente Noboa reconoció un "conflicto armado interno" en Ecuador y ordenó acciones militares respetando el derecho internacional humanitario tras la toma de un canal por criminales.
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El Gobierno de Ecuador se encuentra en una situación de emergencia después de que José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, considerado el criminal más peligroso del país, se fugara de la cárcel de Guayaquil.
La fuga fue descubierta tras una operación de control de armas en el complejo penitenciario, que comprende cinco cárceles.
El comandante de la Policía, César Zapata, informó que se percataron de la ausencia de Macías durante el operativo, que también resultó en el decomiso de teléfonos celulares, armas blancas y otros objetos prohibidos.
El presidente Daniel Noboa convocó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad para abordar la situación.
Macías, de 44 años, lideraba la sanguinaria banda delictiva "Los Choneros", vinculada al cartel mexicano de Sinaloa. Con 14 procesos judiciales por diversos delitos, acumulaba una sentencia de 34 años de prisión. Esta no es la primera vez que escapa; en 2013, huyó junto a otros miembros de Los Choneros de otra prisión dentro del mismo complejo penitenciario.
Los Choneros, conocidos inicialmente por actividades delictivas en Manabí en la década de los ochenta, se convirtieron en una organización criminal ampliamente temida. Tras el asesinato del líder anterior, Jorge Luis Zambrano, alias "Rasquiña", Macías ascendió al liderazgo, formando la célula "Los Fatales". La organización, originalmente conocida por ser sicarios, diversificó sus actividades hacia el narcotráfico, microtráfico, extorsiones y robos.
En otro desarrollo, el presidente Noboa reconoció en un decreto la existencia de un "conflicto armado interno" en Ecuador. Ordenó a las Fuerzas Armadas ejecutar acciones militares bajo el derecho internacional humanitario y respetando los derechos humanos, después de la toma de TC, un canal ecuatoriano, por parte de criminales.