Sebastián Antonio Pallares Pizarro falleció tras ser tiroteado en el barrio Costa Hermosa de Soledad el lunes festivo 19 de agosto.
Pallares Pizarro recibió al menos cuatro disparos en el pecho y fue trasladado al Camino del barrio Simón Bolívar, donde se confirmó su muerte.
Cerca del lugar, el 17 de agosto, Jorge Jesús Mejía Suárez, un tatuador de 27 años, fue asesinado en medio de un atraco.
La violencia en el municipio de Soledad, Atlántico, continúa dejando víctimas. Este martes 20 de agosto, se confirmó la muerte de Sebastián Antonio Pallares Pizarro, quien había resultado gravemente herido tras ser tiroteado la noche anterior en el barrio Costa Hermosa.
El ataque se registró en la carrera 38E con calle 30, donde según versiones preliminares, sujetos no identificados llegaron al lugar y dispararon en repetidas ocasiones contra Pallares Pizarro. La víctima, de acuerdo con testigos, recibió al menos cuatro impactos de bala en el pecho.
Tras el ataque, Pallares Pizarro fue llevado de urgencia al Camino del barrio Simón Bolívar, donde los médicos trataron de salvarle la vida. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, se reportó su deceso poco después de su ingreso al centro asistencial.
Este hecho se suma a otro acto violento ocurrido en la misma zona apenas unos días antes. El pasado sábado 17 de agosto, Jorge Jesús Mejía Suárez, un tatuador de 27 años, fue asesinado en medio de un atraco en la carrera 39A con calle 30, a pocos metros de donde se registró el tiroteo que acabó con la vida de Pallares Pizarro.
Según las versiones conocidas, Mejía Suárez se encontraba en la terraza de una vivienda en compañía de un amigo cuando dos hombres en motocicleta llegaron al lugar. Los delincuentes, armados, exigieron a las víctimas que entregaran sus teléfonos celulares. Se presume que Mejía Suárez trató de oponerse al hurto, lo que llevó a que uno de los asaltantes disparara, impactándolo en el rostro.
Inmediatamente después del ataque, Mejía Suárez fue trasladado por familiares y amigos al Camino del barrio Simón Bolívar. Sin embargo, debido a la gravedad de sus heridas, fue remitido al Hospital General de Barranquilla, donde se confirmó su muerte en la madrugada del domingo 18 de agosto.
Estos sucesos han generado una profunda preocupación entre los habitantes de Costa Hermosa y sus alrededores, quienes claman por una mayor presencia de las autoridades en la zona para garantizar la seguridad y prevenir nuevos hechos de violencia.