En una operación conjunta entre el Ejército Nacional, Policía Judicial de Migración y el Gaula Militar, fue desmantelada una red de trata de personas que funcionada en el norte de la capital del Atlántico.
El operativo se llevó en el a cabo en el estudio Webcam conocido como Carol Studio, ubicado en el Barrio Boston de la localidad norte-centro histórico, por los delitos de trata de personas en modalidad de explotación laboral y sexual.
Se conoció que los señalados suministraban, supuestamente, medicamentos a sus “trabajadores” para que estos mejoraran su rendimiento sexual.
El operativo se ejecutó el pasado 9 de noviembre tras un análisis informático por parte del fiscal del caso, y contó con uniformados de la Policía Militar del Ejército, Gaula Militar, el Grupo de Operaciones Especiales de la Policía, personal judicial de Migración Colombia, del CTI y miembros de la ONG OUR, quienes prestaron asistencia a las víctimas.
De acuerdo con las autoridades, un año y cuatro meses de investigaciones les permitieron dar con la interceptación de horas de comunicaciones a uno de los cabecillas de la estructura, en donde evidenciaron que con engaños reclutaban a sus víctimas.
Según información suministrada, estas personas persuadían a colombianos y venezolanos de la comunidad LGTBI+, mediante propuestas “una jugosa propuesta de dinero”.
Modus operandi
AL DÍA conoció que luego de ser “atrapados”, los afectados eran obligados a trabajar más horas de las que acordaban de manera inicial y, por el incumplimiento a normas establecidas por alias Antony y Jhoanna, eran multados. Trascendió que en el estudio webcam funcionaba mientras en una casona del mencionado barrio, en donde hallaron 17 hombres con edades entre los 19 y 25 años.
Asimismo, se supo que los reclutadores se apropiaban de la mayor parte de las ganancias y pagos que se recibían a través de plataformas de internet.
Fuentes judiciales señalaron que en la vivienda fueron encontradas 45 cédulas colombianas, las cuales estaban almacenadas en la habitación de los hoy capturados; a su vez fueron encontrados los libros de contabilidad y multas, evidenciando los controles que les eran impuestos a las víctimas, así como los salarios que les asignaban.
Además, dentro de toda la casa existía un circuito cerrado de cámaras de seguridad, los cuales eran utilizados para tener constante vigilancia para con los jóvenes. En medio del procedimiento incautaron las CPU de los computadores y el DVR que almacenaba las horas de grabación de cada rincón de la casa estudio.
Se presume que estas personas ya fueron judicializadas.