Bajo detención domiciliaria quedan guardias involucrados en asesinato de docente en Salgar
Ante este panorama, los allegados de la profesora claman por justicia.
Casi un mes después del fallecimiento de la profesora pensionada Lissi Judith Camargo Noriega, de 63 años, la investigación judicial revela detalles que apuntan a los guardias de seguridad William Sanjuan Núñez y Wilmer Enrique Mercado Mendoza, ambos de 45 años, como los presuntos responsables de este lamentable suceso ocurrido en mayo en Salgar, Puerto Colombia.
En la madrugada del jueves 22 de mayo, Lissi Judith Camargo viajaba en un vehículo con su yerno, Ángel José Daza Cuello, cuando fueron atacados a tiros por el personal de seguridad de la residencia del excongresista y empresario Gerardo Vecino Villarreal.
Según las primeras versiones, los guardias Sanjuan Núñez y Rosado Mendoza abrieron fuego contra el vehículo con sus armas reglamentarias.
Al parecer, reaccionaron bajo la creencia de que se trataba de un intento de robo o un posible atentado contra el exparlamentario, después de que Vecino Villarreal alertara sobre una camioneta negra que supuestamente lo había estado siguiendo.
Tras el ataque, las autoridades ubicaron el vehículo en Salgar y confirmaron que Lissi Judith Camargo y su yerno Ángel Daza Cuello, de 39 años, se encontraban dentro.
La profesora Camargo Noriega fue la más afectada, recibiendo dos impactos de bala en la cabeza. Trasladada de urgencia a la Clínica Portoazul Auna, falleció a las 11:00 p. m. de ese mismo jueves 22 de mayo.
Posteriormente, un video de seguridad de la residencia de Vecino Villarreal salió a la luz, mostrando detalles del ataque y una aparente discusión de Ángel Daza Cuello con un supuesto funcionario de la UNP, quien también parece haber realizado disparos.
Entre el 6 y el 9 de junio, se llevaron a cabo las audiencias preliminares contra los guardias de seguridad. El 6 de junio se legalizó su captura, y el 9 de junio se les imputaron cargos por tentativa de homicidio y homicidio agravado, aunque estos no fueron aceptados por los acusados.
La decisión de la última audiencia generó consternación en la familia de Lissi. Manuel Jiménez, fiscal del caso, solicitó detención domiciliaria para los dos vigilantes, argumentando que existían elementos que "debilitaban el caso".
Según los allegados, el fiscal mencionó que el excongresista tenía "varios enemigos", que los vigilantes no tenían antecedentes, y que la ausencia de casquillos de bala en el lugar sembraría dudas sobre quién disparó, incluyendo la posible participación del funcionario de la UNP.
Clamor por Justicia
Ante este panorama, los allegados a la profesora Camargo Noriega claman por justicia. Han expresado su intención de buscar apoyo de diversas entidades y abogados para asegurar que las autoridades presten la debida atención a este caso, que ha cobrado la vida de una mujer dedicada a la educación.
