La costumbre de Claudia Ester Sierra Sánchez no era montar en motocarros para dirigirse a su casa, pero por cuestiones de afán lo hizo la noche del pasado jueves, día en el que murió luego de ser baleada en medio de un atentado que también le causó la muerte a una niña de 2 años; y dejó herido al motocarrista que la movilizaba.
El incidente ocurrió a las 9:05 p.m., en la carrera 52 No. 22-111, barrio Vista Hermosa (Soledad). Claudia Sierra fue impactada por uno de los proyectiles disparados por un pistolero que interceptó el vehículo en el que se movilizaba en compañía de una cliente que se había montado primero que ella.
“Mi hermana se bajó en el bulevar de Simón Bolívar, enfrente de la droguería La Celeste. Ahí se montó en el motocarro para que la llevara hasta la casa (carrera 42A No. 27-32, barrio Costa Hermosa)”, explicó Víctor Sierra Sánchez, hermano de Claudia.
“Ella no era de montar en motocarro, pero cuando venía tarde o estaba de afán, los terminaba usando”, complementó María Sánchez, madre de la víctima. Claudia Ester salió de su residencia a las 6 de la mañana, como de costumbre, y se dirigió a su lugar de trabajo, una constructora situada en el norte de Barranquilla.
Terminó de trabajar a las 5 de la tarde y partió a la Corporación Americana, donde cursaba quinto semestre de contaduría.
“Lo que nos dicen los testigos y las autoridades es que el motocarrista primero dejó a una muchacha, y en ese momento apareció un tipo armado que disparó contra el conductor. Mi hermana trató de bajarse, pero la balearon en el tórax, quedó mal herida y por eso murió en el hospital de Simón Bolívar”, agregó Víctor Sierra.
“Los testigos aseguran que iban por el motocarrista, porque el pistolero lo persiguió hasta la casa donde se refugió y desde afuera continuó disparándole”, complementó el hermano de la fallecida.
El conductor del motocarro fue identificado como Andy López Periñán, herido en el pecho y en una de las piernas.
MÁS SOBRE CLAUDIA ESTER
Claudia Ester Sierra recibió grado como auxiliar contable en 2017, pero decidió profesionalizarse y por ello cursaba quinto semestre de contaduría.
“Ella no se metía con nadie, nunca me dio problemas. Ser profesional era su meta”, continuó María Sánchez, la madre de la occisa. Claudia dejó una niña de 4 años y un niño de 15.