El pasado 7 de mayo el país recibió, conmocionado, la noticia de la bebé de tres años que fue abandonada con signos de abuso sexual y tortura en un hospital de Bogotá. No había nadie quien respondiera por ella y eran muchos los interrogantes de la opinión pública ¿Quién le hizo eso? ¿Dónde estaban sus padres? ¿Por qué nadie la acompañó? ¿La estaría buscando su familia?
Esas preguntas, lastimosamente han ido siendo respondidas de forma paulatina cuando en medio de operativos de rutina el 8 de mayo, tal como lo reportó El Heraldo fue capturada la progenitora de la menor, quien portaba un arma de fuego cuando la requisaron.
La mujer fue puesta en libertad 24 horas después y no dio más detalles sobre su hija, que aún permanece en estado crítico en un centro hospitalario de la ciudad debido a las quemaduras, el desgarre de sus partes íntimas y la lesión craneoencefálica que la tiene al borde de la muerte.
¿Cómo sucedió todo? La niña fue dejada el 7 de mayo a las puertas del hospital de Guatavito por un hombre cuya identidad aún se desconoce, y según lo poco que han podido conocer las autoridades, había estado en un hogar infantil en una zona de tolerancia de la ciudad de Bogotá donde las prostitutas dejan a sus hijos mientras se van a practicar su oficio.
La encargada del establecimiento, a la que ya fue interrogada por las autoridades, sostiene que la lesión en la cabeza de la niña se debe a que se cayó de las escaleras, argumentos que han sido rechazados por parte del cuerpo de investigadores de Medicina Legal quienes en su último dictamen afirman que la menor tiene signos claro de maltrato, tanto agudos como crónicos, además de lesiones a nivel genital que son compatibles con abuso sexual.
Por su parte, el director de esta entidad, Carlos Valdés, sostuvo a Publimetro que a través de las evaluaciones realizadas se ha podido confirmar que “desde hace rato le venían propinando maltrato infantil”.
Actualmente el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar tiene la custodia de la menor, y en cooperación con las autoridades vienen adelantando las investigaciones que ayuden a determinar los agresores de la bebé y el papel de su progenitora en esto, puesto que se conoció que en 2016 el Icbf dio la custodia de la niña a su abuela puesto que consideraba que con la madre “no tenía garantía de sus derechos”.
Finalmente la Policía Metropolitana de Bogotá ofreció una recompensa de hasta 5 millones de pesos para quien de información valiosa para ubicar al responsable de los actos de violencia contra la menor.