Un triángulo pasional entre dos familiares y la mujer de uno de ellos, terminó en tragedia la noche de este jueves en Riohacha, donde un sobrino acabó con la vida de su tío, luego de que aquel se hubiera fugado con su mujer y creyendo que su falta no trascendería, regresó después de una corta temporada a la capital y se instaló con la mujer en una casa cercana a la del ofendido.
Wilmer Epiayú Uriana, de 29 años, nacido en Maicao, había escuchado que su exmujer había regresado a Riohacha luego de dos meses de haberse fugado de la casa con su tío materno Ismael Montiel Uriana, de 40 años.
Vecinos dijeron que este hombre estaba muy dolido por la conducta de Kelin Uriana, quien era su mujer y con quien no alcanzó a tener hijos.
El jueves en la tarde desde su casa en la invasión Las Marías en el suroriente de Riohacha, estuvo pendiente de ver hacia el sitio donde le habían comentado se había mudado la desertora de su matrimonio. Fue a las 8:30 de la noche cuando la vio llegar. Entró con su nuevo marido el tío Ismael.
El hombre que hasta entonces se había estado ganando la vida en la realización de oficios varios no aguantó más. Tomó un cuchillo de la cocina de su casa y se fue al sitio donde había visto ingresar a la nueva pareja. No tuvo que buscarlos mucho. Solo fueron unas pocas palabras y enseguida arrancó la agresión con el arma blanca.
El tío recibió una cuchillada en la parte izquierda del abdomen. Le causó una profunda lesión que lo dejó neutralizado y en medio de un charco de sangre sobre la polvorienta calle de Las Marías. Wilmer también atacó a la mujer con el mismo cuchillo. Ella fue alcanzada por el atacante quien le dio una cuchillada en la espalda. Testigos dicen que el arma al penetrar en esta parte del cuerpo, al parecer, tropezó con algún hueso y se rompió, con lo que el ataque armado también cesó.
Ismael Montiel Uriana fue recogido por voluntarios del sector y llevado de urgencia a una de las clínicas de Riohacha, donde en poco tiempo falleció. Entre tanto, la mujer fue llevada de urgencia a una clínica donde permanece en estado crítico tras las heridas causadas por el exesposo que no soportó la afrenta. Un primo del agresor, quien también es familiar de la mujer herida, dijo que en la cultura wayuu a la que pertenecen todos ellos, un tipo de conducta como la cometida por la pareja, es una falta grave.
El joven indígena dijo en un castellano no muy claro que "en estos casos lo mejor hubiera sido que se fueran lejos y si querían regresar a su tierra lo hubieran hecho, pero al cabo de muchos años, y no con solo dos meses, cuando la falta aún no ha sanado". Sobre este hecho, la Policía no ha entregado detalles, pero manifestó que el agresor se fugó con rumbo desconocido, pese a los datos que se entregaron por parte de los vecinos de la invasión Las Marías, donde se presentó la tragedia.