Los planes de negocio de Sebastián Julio Martínez se vieron truncados en la madrugada del pasado jueves cuando el filo de un puñal atravesó su garganta y luego su espalda. El joven tenía 15 años de edad.
La mano enemiga que empuñó el arma que le puso fin a su existencia era la de José Ángel Hurtado Roncancio, de 18 años, quien iba en el mismo combo con el que caminaba el adolescente de vuelta a su casa en la carrera 2B No. 78-29, en el barrio Santo Domingo.
El cuerpo casi inerte de Julio Martínez llegó al Camino Santa María donde murió antes de que los médicos pudieran hacer algo por él.
En tanto que su agresor, conocido como el ‘Diablito’ fue capturado y puesto ante un juez de control de garantías que consideró que los elementos materiales probatorios presentados por la Fiscalía fueron suficientes para recluirlo en una celda en la Penitenciaría El Bosque mientras avanza la investigación en su contra por el delito de homicidio agravado.
El negocio
Sentada en una mecedora al lado del féretro que contenía los restos de su hijo, estaba Kelly Martínez. Su mirada estaba clavada en la cinta morada que formaba una cruz sobre una cortina blanca que colgaba en la pared y que tenía también la foto de Sebastián, el menor de los dos hijos que tuvo.
“Él quería rebuscarse ahora en diciembre, tener platica para la ropa y pasarla con sus amigos, por eso me pidió que le colaborara con 4 mil pesos para los pasajes para ir a buscar un carrito donde transportar el agua, para venderla en el centro, ahora en la temporada”, recordó Kelly sobre la última vez que habló con Sebastián.
En la mañana del miércoles, la mujer salió a tempranas horas de la mañana al médico y dejó al joven en casa en compañía de su abuela, pero al regresar a casa no lo encontró.
“Mi mamá me dijo que él había llegado, se cambió los tenis por unas chanclas y volvió a salir. Yo tuve que salir nuevamente y al regreso pregunté nuevamente por él, y me dijeron que llegó, se cambió de ropa, se puso zapatos y se fue para la calle. En fin que ese día no lo vi”, contó Kelly.
Preocupada por su ausencia, la mujer estuvo preguntando por él a los vecinos del barrio, pero nadie la dio razón. Recordó que días antes le había hablando de un cumpleaños y entonces pensó que en eso era que andaba.
“Sobre las dos de la madrugada viene uno de los amigos de él a decirme que lo habían apuñalado y que se lo habían llevado al camino Santa María, pero cuando llegué un policía me dijo que ya había muerto y que lo habían trasladado a Medicina Legal”, relató.
Los amigos con los que solía andar su hijo le contaron a Kelly que ellos habían estado el estadio viendo el partido entre Junior y Nacional y luego, había estado departiendo en una fiesta.
“Cuando ya regresaban a la casa se presentó una discusión entre Sebastián y el otro muchacho. Me dijeron que mi hijo como que le partió la cabeza al otro pelao y siguió caminando, pero el otro se le vino encima y lo cogió por la espalda y le dio las dos puñaladas a mi pelao”, explicó.
‘Se me estaba perdiendo’
En el afán por alejarlos del mal camino, Kelly Martínez decidió sacar a sus dos hijos del barrio y enviarlos con el papá, quien reside en el municipio de San Jacinto, Bolívar, para evitarle “un mal”, pero Sebastián no resistió mucho.
“Estaba cogiendo malas andanzas, el camino del vicio, y por eso lo mandé, eso fue en mayo, pero en agosto se regresó porque salió de discusión con el papá, entonces me vine yo también”, indicó.
Sebastián Martínez cursó hasta 5to grado de primaria en el Megacolegio del barrio y residía en compañía de su mamá y su abuela.