Un hombre trabajador y responsable son los calificativos que Martha Manjarrés tiene para su hermano Marcial de Jesús Beltrán Martínez, de 50 años, quien en la mañana de este jueves fue asesinado de una puñalada en el cuello cuando esperaba el bus en plena vía Circunvalar, cerca al barrio Los Almendros, en Soledad.
Aún no acabó de asimilar que su hermano, el mayor, con quien compartía vivienda desde hace poco más de 10 años, ya no está.
A las afueras de Medicina Legal, donde aguardaba para realizar el trámite de la entrega del cuerpo, Martha Manjarrés no paraba de llorar, yacía de pie con la mirada perdida en lo lejos.
“No era mucho, pero eran sus cosas y ya estaba cansado de que lo atracaran. Esta era la tercera vez que le pasaba los mismo y en el mismo sector”, dijo la mujer con la voz quebrada.
Marcial Beltrán Martínez salió, como de costumbre, a las 5:30 de la mañana para tomar un bus a la avenida Circunvalar que lo llevaría a la empresa donde laboraba: Delicias Maja, ubicada en la carrera 41 No. 52-49. Sin embargo, su espera se vio interrumpida por tres malandros que lo vieron como presa fácil.
“Cuando iba cruzando la calle en el Villa Valery, al frente de Los Almendros, tres tipos se le acercaron y lo intimidaron con la intención de robarle el maletín que era lo que él tenía, sus documentos y el celular, pero mi hermano no quiso que lo atracaran y se puso a forcejear con ellos y el tipo le dio una puñalada en el cuello”, contó Martha.
Personas que a esa hora estaban en la zona, socorrieron a Marcial de Jesús y lo llevaron a la clínica Los Almendros donde llegó sin signos vitales, puesto que se había desangrado, según dijo su hermana.
“Yo ya estaba despierta porque tenía que salir a comprar unas cosas para el negocio de comida que tengo cuando desde la clínica una amiga nuestra que es enfermera me llamó para informarme lo que había sucedido”, dijo la mujer.
Zona olvidada
La zona de calle 69 con carrera 18, donde ocurrió el crimen de Marcial Beltrán, advierte su familia es una zona olvidada por la vigilancia policial.
“Es injusto que le hay quitado la vida a una persona así pendejamente, por cosas materiales, pero él me había dicho que la próxima vez no se iba a dejar quitar el celular y mira, me lo mataron, pero lo peor es que esa es una zona sola, que nadie vigila, los policías por ahí no pasan y ya él se había tenido que aguatar dos atracos más”, dijo Martha.
La mujer exigió mayor vigilancia en el sector para que otra persona le vuelva a ocurrir lo mismo.