¿Qué Pasa?

‘Popeye’ tiene cáncer y le queda poco tiempo de vida

La mano derecha de Pablo Escobar enfrenta la muerte

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Jhon Jairo Velásquez ha sido un personaje tan polémico como enigmático en la historia colombiana.

A su alrededor hay una estela de mito que él mismo se ha encargado de alimentar, basado en un pasado sobre el cual ha hablado sin que, en muchas ocasiones, haya quién lo contradiga. Muchos de los protagonistas de sus relatos están muertos, o bien porque cayeran como resultado de las dinámicas de la mafia o porque fueran víctimas de la sociedad civil en uno de los periodos más oscuros para el país.

Es más conocido como ‘Popeye’, apodo que se ganó, al parecer, en sus tiempos de formación militar por su parecido con el personaje de dibujos animados que llevaba ese nombre. Nació en Yarumal, Antioquia, el 15 de abril de 1962, y a sus 57 años sufre un cáncer de esófago en etapa terminal.

La vida de ’Popeye’ estuvo atravesada por las armas. Así lo demuestran sus pasos por la Escuela de Suboficiales de la Armada y su ingreso a la Escuela de Cadetes General Santander. En ambos casos se retiró. Las armas siguieron en sus manos, pero del lado de la ilegalidad. Fue así como se convirtió en uno de los lugartenientes del cartel de Medellín, del cual era jefe Pablo Escobar.

Uno de esos detalles controvertidos sobre su vida es justamente su lugar en esa organización. Aunque se ha dicho que fue el jefe de sicarios del cartel, otras versiones apuntan a que era un lugarteniente con un mando medio. Sin embargo, sus relatos y su participación en algunos de los crímenes de mayor impacto cometidos por el cartel dan cuenta de su cercanía con Escobar.

Una de las historias que ha contado y que da cuenta de esa cercanía es la del asesinato de Wendy Chavarriaga, una mujer que fue amante de Escobar y que el capo del cartel de Medellín obligó a abortar una vez supo que estaba embarazada para no afectar a su familia. ‘Popeye’ dice que luego se enamoró de esta, pero terminó asesinándola por orden de Escobar cuando supuestamente se dieron cuenta de que era una informante.

Como sicario del cartel, Popeye habría cometido unos 300 asesinatos –confesados por él– y participado en la comisión de otros 3.000. Él hizo parte de la escalada de violencia que llevó a que Medellín fuera, a principios de la década de los 90, una de las ciudades más peligrosas del mundo. Asimismo, contribuyó a la consolidación de un estigma que vincula a la ciudad con el narcotráfico y su estética, y del cual él mismo se ha aprovechado en los últimos años.

‘Popeye’ se entregó a la justicia colombiana en octubre de 1992, más de un año antes de que Escobar fuera abatido. Lo hizo junto a otros dos hombres, Roberto Escobar (hermano de Pablo Escobar) y Otoniel de Jesús González, otro de integrante de la estructura criminal. Según dijo la Fiscalía en ese momento, la entrega de Velásquez “no implicó negociación alguna”.

Para ese momento, ya había participado en los secuestros del entonces candidato a la Alcaldía Andrés Pastrana Arango y el periodista de Francisco Santos, quien luego fue vicepresidente en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. En su historial también figura el asesinato del comandante de Policía de Antioquia, coronel Valdemar Franklin Quintero; del procurador Carlos Mauro Hoyos y hasta una supuesta participación en el magnicidio de Luis Carlos Galán y la bomba contra el avión de Avianca que explotó en el aire después de despegar hace 30 años.

Después de 23 años en prisión, luego de cumplir tres quintas partes de su condena, Velásquez quedó en libertad condicional y salió de la cárcel de alta seguridad de Cómbita, Boyacá, en 2014. Pero volvió a ser apresado en mayo de 2018 por nuevos cargos relacionados con extorsión, concierto para delinquir, amenazas e incitación al odio. Esto, incluso después de ser capturado con alias Tom, de la oficina de Envigado, en el oriente de Antioquia, y ser dejado en libertad.

Durante los últimos años, ‘Popeye’ ganó protagonismo en redes sociales gracias a varias polémicas y a que abrió un canal de YouTube que se popularizó y logró más de un millón de suscriptores. Además, debido a sus posiciones políticas críticas del acuerdo de paz con las Farc y cercanas al Centro Democrático y sus candidatos.

Ahora, Velásquez afronta una enfermedad terminal que no es tratable y contra la cual lo único que pueden hacer los médicos es tratar de mitigar o paliar su dolor.

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