María Eugenia Marino Rojas, o ‘María La Tabaquera’, tal vez la pitonisa con mayor prestigio en Buenavista (Sucre); a la que acudían los políticos de la región para que les vaticinara cómo les iba a ir en elecciones, o para que les colaborara con ayuda del ‘más allá’ enfrentar a sus adversarios; no pudo salvar su propia vida, y en la madrugada de ayer falleció en la Clínica Reina Catalina, en Barranquilla.
La mujer tenía quemaduras de segundo y tercer grado en gran parte del cuerpo, que sufrió en una práctica de hechizería en su propia residencia en la mencionada población sucreña.
Esto ocurrió el 19 de mayo pasado, y en los hechos falleció su clienta Rosario María Acuña Campo, quien participaba en una sesión esotérica con la supuesta clarividente.
La hechizera contaba 45 años, y murió a las 12:10 de la madrugada víctima de un paro cardiorrespiratorio, reportaron los médicos de ese centro asistencial.
Con la muerte de ‘María La Tabaquera’ finaliza un capitulo relacionado con las prácticas esotéricas en Buenavista, una población que según sus mismos habitantes tiene fama de contar con muchas personas dedicadas a esta actividad, pues afirman estar dotadas de estos supuestos ‘poderes’.
Para la familia de Rosario Acuña también se acaban las esperanzas de conocer qué fue lo que realmente ocurrió esa tarde, en que esta y la pitonisa resultaron envueltas en una inmensa bola de fuego que finalmente se llevó a ambas a la tumba.
Los parientes de Acuña guardaban las esperanzas de que ante la mejoría de ‘la Tabaquera’, y su posible retorno a casa, esta les pudiera contar también los resultados de lo que aquella fue a consultarle.
En el pueblo se habla de que en una palangana con agua, se habían reflejado los rostros de dos personas que le estaban haciendo daño a Rosario Acuña.
Pero justo en ese momento se dio la conflagración que terminó quemándolas a las dos.
En esta casa vivía ‘María La Tabaquera’, en Buenavista. | AL DÍA
En Buenavista es un secreto a voces que en la sesión
María Eugenia Marino Rojas, o ‘María La Tabaquera’, había frotado su cuerpo y el de su clienta con alcohoz y azufre.
Al parecer, de acuerdo con las mismas conjeturas, la ropa vaporosa que esta vestía hizo contacto con unas velas encendidas que estaban en la habitación, y esto originó las llamas.
Rosario Acuña asistió al ritual acompañada de su hermana, Dina Luz Acuña Campo. Las mujeres quemadas fueron llevadas al Hospital de Buenavista, de ahí al Hospital La Misericordia de Magangué (Bolívar), de donde las remitieron a Barranquuilla.
A Rosario Acuña la llevaron al Cari, donde murió a los pocos días. A María Eugenia Marino Rojas, o ‘María La Tabaquera’, la llevaron a la Clínica Reina Catalina donde permaneció 85 días en UCI. En Buenavista, la población en la que ‘la Tabaquera’ se asentó en los últimos 15 años tras llegar del Sur de Bolívar, de donde era nativa, no se habla de otro tema que no sea este.
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